Daniel Pi
@BastionBoxeo
Si se accede a determinadas páginas de boxeo británicas y estadounidenses o a foros de aficionados de dichos países se encontrará una ingente cantidad de afirmaciones como que el mundial WBA del peso supermedio de la pasada noche en el Echo Arena de Liverpool (Reino Unido) fue “el robo del año” o que Callum Smith (27-0, 19 KO) (en la imagen) “fue dejado en evidencia”, pero estas y otras opiniones similares parecen muy exageradas.
Sumándose que muchos subestimaron tremendamente al aspirante oficial WBA John Ryder (28-5, 16 KO), que está en excelente estado de forma, y que se vieron impresionados por su valiente presión ante un pegador mucho más espigado como Smith, número 1 de la división que estuvo muy lejos de tener su mejor noche, las lecturas se pueden hacer demasiado drásticas, pareciendo realmente que el empate o la victoria por mínimo margen de uno u otro resultan justificables. Con todo, es cierto que el triunfo unánime de Smith llegó con puntuaciones demasiado amplias de 116-112 doble y un 117-111 que pone en el punto de mira, lógicamente, a su responsable Terry O’Connor.
Durante los primeros tres asaltos Smith siguió el plan esperado, aprovechando su altura para impactar su jab, su derecha, su uno-dos y, fijando arriba la guardia de su oponente, algunos curvos al torso. El fuerte Ryder no permanecía expectante, todo lo contrario, intentando encontrar el momento para llegar a la distancia corta y descerrajar sus curvos enlazados, pero su reacción no se produjo plenamente hasta que en el cuarto round Smith se vio afectado por un corte en el párpado derecho. Esto le descentró, y el aspirante lo aprovechó para en ese y en el siguiente round pelear con reducidos espacios en ciertos momentos y conectar ganchos, crochés y uppercuts.
La contienda se volvió intensa, ya que las ofensivas de Ryder se encontraron con una respuesta dura por parte del presionado “Mundo”, si bien el retador hizo valer entonces su mayor volumen de golpes. Con todo, aunque el enfrentamiento estaba nivelado y estaba tomando una tendencia negativa para Smith, este pudo reaccionar volviendo a explotar su envergadura con su derecha recta y usando con astucia el clinch y el giro en el sexto round.
La emocionante pugna dejó en el séptimo asalto de nuevo el buen trabajo en corta de Ryder, que volvió a arremeter y a encerrar a su adversario en el octavo episodio, pero en estos tres minutos la constancia de “The Gorilla” no fue tan firme ni sus puños fueron tan nítidos, mientras que los curvos a la contra de Smith fueron afilados y potentes y se vieron ayudados por una mejor gestión del tiempo.
Finalmente, aunque Ryder tuvo todavía alguna subida y bajada en la intensidad de sus ataques, este selló su formidable actuación logrando sus mayores éxitos durante la pelea en los dos últimos episodios, en los que logró dejar tocado a Smith con crochés y desesperadas cargas al ataque.
El duelo estuvo reñido y, si se intenta ser objetivo respecto a la posesión de la iniciativa de Ryder y se valora detenidamente cómo fue de eficaz realmente su trabajo y cómo de buena fue la respuesta de Smith, difícilmente se puede llegar a una valoración que refleje un abrumador triunfo de ninguno de los dos contendientes, estando claro, eso sí, que ofrecieron una entretenida pelea.
Por otro lado, en cuanto a la afirmación que señala que por primera vez se han visto defectos en el boxeo de Smith, el hecho es que las brechas mostradas ante Ryder ya fueron dibujadas en su combate ante Skoglund, que al plantear un duelo físico logró importantes éxitos. Además, aunque se llegue a pensar que Smith fue derrotado, que un aspirante de élite en el mejor estado de forma de su vida lograse vencerle no es ninguna deshonra ni nada fuera de lo común, debiendo tenerse claro que todo campeón, sin excepciones, que se enfrente sostenidamente a adversarios de calidad termina padeciendo derrotas o actuaciones por debajo de las expectativas.
Sea como sea, Smith, que pretendía vencer con contundencia incuestionable y pelear en primavera en el gran estadio de fútbol de su ciudad, ve como sus planes sufren un cierto revés, llegando a sugerir algunos que quizás su siguiente combate no sea finalmente una pelea insigne sino una defensa voluntaria asequible. En cualquier caso, como les sucede siempre a los boxeadores temidos que dan signos de no ser tan peligrosos como se pensaba, seguramente los grandes nombres de la división verán ahora con mejores ojos pugnar contra él, todo ello a la vez que Billy Joe Saunders, que fue casi descartado como próximo oponente tras su mala actuación ante Cóceres, será una opción que volverá a ponerse sobre la mesa.