Daniel Pi
@BastionBoxeo

Hace casi medio año, la enérgica escalada hacia la cumbre que había seguido Kerman Lejarraga (28-1, 23 KO) hizo una inesperada pausa a causa de los puños del ruso de origen armenio David Avanesyan (24-3-1, 12 KO), quien, contra pronóstico y como visitante, se anotó con un KOT en el noveno round quizás la mayor victoria de su carrera hasta la fecha, especialmente si valoramos que a Shane Mosley lo venció cuando el veterano estadounidense tenía sus cualidades enormemente mermadas tras más de veinte años de carrera profesional.

Sin duda, el impacto de la derrota de Lejarraga fue grande para muchos aficionados que, tras ver cómo se entretejían las conversaciones sobre un posible asalto mundialista ante el top 10 de todos los pesos Terence Crawford, y teniendo presente que había vapuleado anteriormente en dos y cuatro rounds a púgiles del nivel de Bradley Skeete y Frankie Gavin, sintieron que el doloroso golpe no lo habían visto venir.

Pero así de imprevisible es el boxeo, y en un año que será recordado en el mundo por una sorpresa sonadísima en el peso pesado y por lo que sea que depare la revancha, “El Revólver” intentará el próximo sábado, de nuevo en el mismo escenario del Bilbao Arena, no sólo mostrar que el tropiezo ante Avanesyan ha sido un capítulo más de una carrera en la que espera escribir todavía sus páginas más importantes, sino que las frases tantas veces utilizadas para poner de manifiesto la utilidad de los tropiezos (por ejemplo, “se aprende más de la derrota que de la victoria”) son más que un mero tópico para paliar la desmoralización.

Y es que, aunque nunca se puede insistir lo suficiente en recordar en estos tiempos de incomprensible obsesión por los récords sin derrotas que un número en rojo al lado del casillero de triunfos no significa nada por sí solo si no se analiza (todo el mundo sufre derrotas si se enfrenta de forma encadenada a púgiles de nivel), no se puede obviar que Lejarraga tendrá una importante carga sobre sus hombros en cuanto a presión, expectativas que cumplir, rendimiento que mostrar y, principalmente, mejora que evidenciar.

Efectivamente, la importancia de las revanchas va más allá de intentar redimir la derrota y desquitarse, puesto que son vitales para demostrar que se ha evolucionado y que, pese a los obstáculos, se sigue avanzando en la dirección adecuada, en este caso debiéndose poner de manifiesto que, no siendo la potencia y la agresividad virtudes suficientes por sí mismas ante la cumbre, se ha tomado buena nota de lo sucedido y se van a solventar o minimizar fallos tanto para estar a la altura de la ocasión como para lo que podría venir después.

Aunque una nueva derrota ante Avanesyan no debería ser vista como una catástrofe definitiva, ya que seguiría teniendo seguramente peleas interesantes a medio-largo plazo, no se puede negar que tendría consecuencias graves para la proyección internacional de Lejarraga y le costaría mucho, sobre todo tal y como se entiende el pugilismo en el siglo XXI, volver a convencer a la gente de que tiene opciones de éxito en futuras grandes oportunidades o de que simplemente merece su acceso a ellas.

Hay que destacar que Avanesyan es un púgil que en la contendidísima división del peso wélter marca la frontera entre la élite de los aspirantes y los boxeadores que pujan por entrar en ella, algo ejemplificado por su posicionamiento como 9º en el ranking de la prestigiosa Boxing Monthly, como 12º en BoxRec y como 18º en la elaborada lista IWBR, de modo que una victoria sobre él es vital para mantener vivas las perspectivas mundialistas. Asimismo, “Ava” es 6º IBF, 14º WBO y 9º WBC (clasificación en la que Lejarraga es rival directo como 11º), por lo que un triunfo el sábado recuperando la corona continental del peso wélter le supondría al local una nueva irrupción en la parte privilegiada de las listas mundiales.

Dicho esto, y quedando clara la importancia del combate para Lejarraga desde el punto de vista de las repercusiones, el duelo ante Avanesyan supone la ingente tarea táctica y estratégica para ambas partes de pensar un plan de batalla para un contrincante con el cual ya se ha compartido un cuadrilátero, cosa siempre muy difícil y exigente. Esto es así porque, mezclándose lo vivido con los aciertos y desaciertos en las lecturas previas del primer combate, y existiendo la posibilidad de buscar modificaciones drásticas o apoyarse en la base que ya ha dado resultados, aunque sean parciales, la cantidad de información y de duda pueden resultar abrumadoras.

Hay ciertas teorías que dicen que quien gana el primer enfrentamiento suele ganar la revancha o que los púgiles más técnicos vencen los desquites, pero hay infinidad de ejemplos que contradicen dicha hipótesis, siendo quizás el más reciente el del japonés Ryota Murata, quien fue vencido contra pronóstico por un hábil Rob Brant, si bien el nipón, que entraba como no favorito al desquite, en la segunda pelea lo arrolló en dos asaltos con un inicio inesperadamente agresivo. Vale la pena mencionar, hablando de Murata, que también se desquitó de forma contundente tras perder una pelea ante el muy elusivo Hassan N’Dam.

Volviendo al Avanesyan-Lejarraga II, el ahora retador y excampeón ha afirmado que encarará el duelo sin precipitarse, algo que parece un completo acierto, ya que el ruso aprovechó las prisas de Lejarraga por causar estragos para contragolpearlo con puños trascendentales en croché y uppercut. De evitar ofrecer un avance apresurado, Lejarraga podría dejar de recibir manos decisivas, pero esto abre una nueva incógnita, que no es otra que cómo responder a las arremetidas desde lejos de un Avanesyan especialista en este tipo de boxeo.

Por otro lado, aunque Lejarraga posee la inestimable cualidad de la pegada que tantas brechas puede compensar y tantas pugnas romper, la profundidad táctica-técnica de Avanesyan, su buena velocidad y su resistencia asombrosa le dan una mayor variedad de esquemas con los que encarar la pugna.

No obstante, si bien Lejarraga no va a poder cambiar su estilo drásticamente ni sería conveniente que lo hiciera, sí que tiene una amplia gama de ajustes para elegir que pueden llevarle a una victoria que, no lo olvidemos, no estuvo tan lejos de obtener, dado que en las cartulinas parciales el “Revólver” iba ganando antes de la detención y en el octavo asalto Avanesyan padeció apuros críticos que le dejaron cerca de poner la rodilla en la lona, cosa que de haberse producido hubiese dibujado un panorama completamente diferente.

Ayudado seguramente por el cambio de aires y por el contacto con boxeadores de calidad que tuvo en su preparación en Estados Unidos, Lejarraga y su equipo habrán extraído lecturas muy importantes, y la motivación por borrar la decepción pasada ante su público les empujará más allá, aspectos que parecen haber sido tenidos en cuenta por los expertos en apuestas y por los apostantes, que han puesto como favorito a Lejarraga con 1,72 € por los 2,10 € de Avanesyan, cantidades muy optimistas teniéndose en cuenta que normalmente el púgil derrotado entra como no favorito a la revancha.

Pero, ciertamente, la condición de favorito del local parece resultar razonable, puesto que, aunque Avanesyan dice conocer los puntos débiles de su adversario, lo cierto es que él también sabe cuáles son las tendencias del actual titular europeo. Y es que, hasta que no se abrió al ataque, los bloqueos de Lejarraga dieron resultados y, si bien es menos rápido, puede compensar con mecanización y timing, o sea con gestión de los tiempos, su menor velocidad y sorprender a Avanesyan, aunque sea con un tenso jab, en sus heterodoxas arremetidas, que resultan ya más previsibles si se han visto una vez.

Del mismo modo, aunque fue valiente y eficaz en los intercambios en corta, cuando Avanesyan empezó a encajar golpes curvos, sobre todo al torso, de manera sostenida sus fuerzas mermaron, por lo que si Lejarraga logra castigarlo, manteniendo el complicadísimo equilibrio con no sobreexponerse, debería poder tener resultados cruciales, aunque necesitará ser más cuidadoso defensivamente y estar más atento al contraataque.

En cualquier caso, el Avanesyan-Lejarraga II es, junto a la próxima defensa de Sergio García, una de las dos mayores citas del boxeo español en el año, choque lleno de alicientes que dirimirá si una de las más destacadas puntas de lanza del pugilismo de nuestro país puede recuperar la posición perdida y si es capaz de apuntar de nuevo hacia cotas más allá de Europa.

Para información sobre entradas, aquí.

La victoria de Avanesyan se paga a 2,10 € por euro apostado, mientras que la de Lejarraga a 1,72 €, y el combate nulo o empate a 21 €.
SPORTIUM, la casa de apuestas líder en España, te permite apostar a este combate pinchando aquí. Condiciones especiales para los lectores de Espabox. ¡Suerte!