El excampeón mundial Chris Billam-Smith ha puesto los ojos en volver a disfrutar de las dulces sensaciones de poseer un cinturón absoluto.
Billam-Smith (20-2, 13 KO) fue campeón WBO del peso crucero al destronar, en 2023, a Lawrence Okolie. Tras dos defensas, cedía su título en un gran combate el pasado mes de noviembre contra Gilberto Ramírez, que así unía el cetro del británico al suyo propio, el de la WBA de la misma categoría.
Tras un necesario descanso de un envite que le dejó secuelas físicas por su dureza, Billam-Smith se pretende apuntar a la moda de boxeadores que, viniendo de una derrota, vuelven a tener una oportunidad mundial. En este caso, puede tener algún tipo de lógica al venir de unificar coronas y tener ya 34 años, pero lo más sensato y respetuoso con los púgiles que han cimentado su camino hacia lo más alto de las listas siempre ha de ser que un aspirante mundial venga de una victoria con cierto mérito. Así pues, lo ideal será que el deportista tenga una prueba en las dieciséis cuerdas que le dé nuevos méritos antes de retar a cualquier campeón.
Pero el inglés ya tiene las miras puestas en un cinturón concreto, el WBC del crucero. El otro día resumíamos todo lo ocurrido con este título en los últimos años, una historia más propia de Berlanga que de Sulaimán. Ahora de nuevo en manos de Badou Jack por arte de magia, Billam-Smith ha declarado que su objetivo para este año es lograr este título.