Colbert-Arboleda

Darío Pérez
@Ringsider2020

El Mohegan Sun Casino de Uncasville aún lucía desierto anoche, ojalá que una de las últimas ocasiones. La velada era ciertamente atractiva, con tres combates bien casados y seis boxeadores muy competentes, como atestiguaba su trayectoria. Especialmente, el combate principal que probaba las capacidades del neoyorquino Chris Colbert (14-0, 5 KO) y el panameño Jaime Arboleda (16-1, 13 KO). Fácil era para los comentaristas distinguirlos en el ring, dado que el de Brooklyn lucía un discretísimo teñido rosa en la parte superior de la cabellera (creemos que, fuera de valoraciones estéticas, por buena causa, ya que también mostraba en su atuendo lazos rosas apoyando a las víctimas de cáncer de mama). Comenzaba el combate con buenos intentos por parte de ambos, quizás Arboleda más ordenado y Colbert algo anárquico, lanzando crochés con demasiado recorrido exterior, que el panameño lograba esquivar por fortuna para él.

Sin embargo, en los instantes finales del segundo asalto, Colbert logró impactar en el rostro de su rival combinando uppercuts y directos, lo que desestabilizó y llevó a Arboleda contra el ensogado, siendo probablemente salvado por la campana final. Colbert mostraba una velocidad de manos tremenda, un arma que, si sabe usar bien, le puede llevar muy lejos en el boxeo profesional. Lo que mostró Arboleda es que tiene encaje, ya que se recuperó y logró ganar alguno de los asaltos siguientes, aunque sin hacer pasar apuros a un confiado Colbert. En el octavo asalto, golpes muy bajos de Colbert provocaron que se le sustrajese un punto en las cartulinas, en una buena decisión arbitral. Se veía ya en el noveno asalto el cansancio y castigo acumulados, que hacían más mella en Arboleda que en Colbert, pero el panameño, valentísimo hasta rozar la imprudencia, se empeñó en intentar ganar el combate en la corta distancia… y ahí encontró su final.

Colbert, más fresco y rápido, le impactó repetidas veces con el uppercut, como ocurriera en el segundo asalto; la diferencia, que antaño iban seis minutos de pelea y aquí casi treinta. Arboleda cayó muy deteriorado y le contó el árbitro, que bien pudo parar la pelea pero prefirió esperar a la inminente campana. Una nueva combinación de varios golpes tiró al panameño de nuevo en el undécimo round, y se levantó arengado por su irresponsabilísima esquina en malas condiciones. El árbitro paró la contienda en los siguientes golpes de Colbert, ante la evidente inferioridad de Arboleda. Gran triunfo de Colbert, que seguro que optará a grandes cosas en 2021.

En los combates previos, Ronald Ellis (18-1-2, 12 KO) se enfrentaba a Matt Korobov (28-4-1, 14 KO) en el peso medio, en pelea pactada a diez asaltos. Korobov, con su bagaje de más de 300 combates amateurs y más de 30 profesionales, dos de estas por el título mundial, buscaba su última oportunidad para acercarse de nuevo a los grandes combates; Ellis, púgil con más recorrido futuro teóricamente, necesitaba convencer. Para ello, se acercaba más en busca de acortar la distancia, mientras que el de origen ruso se mantenía lejano buscando el jab y, esporádicamente, entrar y salir rápido del alcance de Ellis (con mayor envergadura). Diríamos que, tras el cuarto episodio del pleito, Korobov se había llevado más asaltos y ambos contendientes estaban sin daño significativo. Pero, de repente, otra sorpresa para recordarnos que 2020 no ha terminado: Matt Korobov no podía continuar, su esquina no salió a la llamada del quinto asalto por una lesión en su tendón de Aquiles. Una auténtica pena, y más tras la imagen tan positiva que estaba ofreciendo (vencía en dos de las tres cartulinas, y poco nos parece). Ellis lograba un triunfo que, en la propia pelea, se le estaba complicando mucho mientras que las imágenes de Korobov saliendo del ring ayudado eran ciertamente descorazonadoras.

En el combate de semifondo, a diez asaltos en el peso superligero, se medían Richardson Hitchins (12-0, 5 KO) y el ex campeón mundial dominicano Argenis Méndez (25-6-3, 12 KO). Un cabezazo en el agarre de la última acción del primer asalto resultó impactar en la frente de Méndez, pero no pareció abrir la piel pero sí causó hinchazón. El centroamericano tenía el centro del ring, con un Hitchins buscando no refugiarse demasiado en las cuerdas utilizando golpes rectos. Un segundo cabezazo en el ojo izquierdo ya incomodó más a Méndez, que pestañeaba constantemente desde el tercer asalto. Los parciales de tres minutos parecían igualados, quizá con un poquito más de contundencia en los golpes de Hitchins, pero difíciles de evaluar. ¿El empuje del veterano o el boxeo más selectivo del estadounidense? Los diez asaltos pasaron y, lo que nadie puede dudar, es que ambos deportistas mostraron buena resistencia a los golpes, ya que hubo buenos impactos por parte de los dos en el rostro del oponente. También contamos con un árbitro excesivamente permisivo, puesto que debió quitar algún punto por los constantes agarres, uso de antebrazo, golpes en la nuca e incluso esporádicos cabezazos. Finalmente, era el turno de los jueces, y estos decidieron de manera difícilmente entendible otorgar el triunfo a 97-93 para Méndez, 98-92 y 99-91 para Hitchins. No dudamos de la victoria del joven invicto, pero sí de esas puntuaciones tan disparatadas. 96-94 o 97-93 para el declarado vencedor pensamos que sería la opción más razonable.