Cada cuatro años el fútbol es relegado en la prensa deportiva por el resto de deportes durante dos semanas con motivo de los Juegos Olímpicos. Las modalidades que dependen de puntuaciones subjetivas tienen un problema que no es exclusivo del boxeo, como ha podido comprobar la atleta rumana Sabrina Maneca-Voinea. El KO es el escape más esperado por los aficionados, un resultado inusual en el boxeo amateur, y más cuando se enfrentan dos oponentes de la élite internacional.

El Comité Olímpico Internacional mantiene unas directrices casi idénticas a las de los reglamentos anteriores. Los jueces que participaron en París tuvieron que completar un curso, pero las diferencias de criterios continuadas durante los asaltos abren la puerta a las especulaciones sobre cuáles determinados países perjudican a otros por motivos políticos.

En el reglamento distribuido a los jueces olímpicos se establecen tres criterios para puntuar un asalto: la calidad de los golpes, el dominio técnico-táctico y la competitividad. Los dos primeros puntos quedan desarrollados para evitar disparidad de criterios. Cada asalto se puntúa de forma independiente, y las acciones deben ponderarse igual, sean al inicio o final del mismo.

La calidad de los golpes se basa en que estos impacten claramente sobre el oponente. Se valoran más los golpes que llegan con los nudillos que con otra parte del guante. El boxeador que más golpes claros conecte es el que gana el asalto, pero en caso de igualdad, se estiman los otros dos factores.

El dominio técnico-táctico no es sinónimo de ir continuamente al ataque, como se ha repetido en redes sociales. El reglamento del Comité Olímpico Internacional establece la figura del «agresor efectivo», que es el boxeador que controla el asalto combinando ataque y defensa. Forzar a que el rival falle golpes o marcar el tempo también son factores a valorar. Por último, la competitividad queda definida en el reglamento como «mostrar iniciativa y el deseo de ganar».

El anuncio de las puntuaciones al finalizar cada asalto es valorado positivamente por los competidores, especialmente de cara al último asalto, en el que son conscientes de si deben jugarse el todo por el todo, o deben centrarse en no ser cazados antes de la campana final. Los aficionados más tradicionales consideran que esta medida desvirtúa el boxeo, privándolo de una de sus tradiciones más arraigadas.

Cuestiones clave (según el COI):

Puntúan cinco jueces por combate. El árbitro no puntúa.

Los jueces se reparten los combates mediante un sorteo electrónico. No pueden actuar en combates con púgiles de su nación.

No puede anotarse un 10-10. Por lo general, el asalto se puntúa 10-9 en favor del ganador. Si el dominio es claro, se puede puntuar 10-8, y si es total 10-7. En el boxeo olímpico no influyen las cuentas de protección para determinar esta puntuación.

Los jueces puntúan pulsando un botón, un máximo de cinco segundos después de que suene la campana.