Julio González
Hace algún tiempo ya escribimos sobre esta historia que aconteció en los años cuarenta, cuando el boxeo nacional, tras la Guerra Civil, estaba empezando a remontar y los aficionados volvían a los recintos deportivos.
Las polémicas decisiones arbitrales y el resultado sorpresa de los combates no es algo nuevo. Desde hace muchos años o desde que el boxeo nació, se han dado casos polémicos y diversidad de opiniones en los resultados de los combates. Pero sorpréndase ustedes con lo que les voy a contar.
El 8 de diciembre de 1944 se celebró en la capital vizcaína una velada de boxeo en el que el plato fuerte de la reunión era el combate entre dos boxeadores que levantaban pasiones en todo el territorio nacional. Eran los vascos Gabriel Zubiaga y Fidel Arciniega, dos pegadores tremendos que contaban la mayoría de sus combates con victorias antes del límite.
Zubiaga había sido campeón nacional del peso medio, título que había ganado a Luis Pinedo y que había perdido en la báscula después de haberlo defendido con victoria ante Eloy Lafuente. Fidel Arciniega, el ídolo de Sopelana (Vizcaya), era más joven, había debutado en 1940 pero ya contaba con un buen historial que con el tiempo le llevaría a la conquista del título nacional del peso semipesado y a una gran carrera en los cuadriláteros norteamericanos.
El escenario del combate fue el Frontón Euskalduna bilbaíno, presentando un aforo completo. Al comienzo del segundo asalto una derecha recta de Arciniega conecta en la mandíbula de Zubiaga que notó el golpe y mostró síntomas de estar “tocado”, levantando el brazo en señal de abandono y dirigiéndose a su rincón.
Se pueden imaginar la que armó el público porque se acababa el espectáculo, el alboroto y el griterío hicieron temer por la integridad de los boxeadores y el rincón de Zubiaga. El árbitro, temiendo lo peor, se dirigió al rincón de Zubiaga invitando al boxeador a seguir combatiendo, lo que Zubiaga aceptó después de comprobar que el público no calmaba sus iras. Grave error arbitral que desvirtuó el resultado.
El combate continuó y en el cuarto asalto la tortilla se dio la vuelta y esta vez fue Zubiaga quien cazó a Arciniega y le noqueó por más de la cuenta, dando el árbitro la victoria a Zubiaga por KO.
El hombre que había ganado por abandono perdía por KO, y el hombre que había perdido por abandono ganaba por KO.
No sabemos cuál fue la opinión de la Federación en ese momento, pero el caso es que en el historial de Zubiaga figura una victoria por KO.
Curiosos combates de la historia de nuestro deporte.