Lo que debería ser obligatorio para los boxeadores, la mala praxis de los organismos convierte en digno de elogio el propósito de inicio de año de Devin Haney.
El estadounidense ha comenzado a formar parte del programa de controles antidopaje de la VADA, por el que puede ser sometido a un test en cualquier momento.
Esta fórmula es la única para garantizar la limpieza de un boxeador, ya que con los controles concentrados en fechas de combates, los preparadores físicos son conscientes de que pueden usar sustancias prohibidas entre peleas.
Devin Haney ha tomado conciencia de la problemática del dopaje a golpes. Tras perder con Ryan García, el californiano dio positivo y el resultado se modificó a sin decisión.
Se desconoce quien está costeando la afiliación de Haney al programas de controles de la VADA. La habitual publicidad de los organismos de sus acciones positivas no se ha producido en esta ocasión, por lo que todo apunta a que es el propio boxeador el que está pagando a la VADA.
Haney ha trabajado en sus últimas peleas con Víctor Conte, mediante su marca SNAC. Conte fue uno de los principales en la red BALCO, en la que entre otros apareció implicada la atleta Marion Jones.