Daniel Pi
@BastionBoxeo

El Bukom Boxing Arena de Accra (Ghana) estaba repleto y agitado, presintiendo el público que ese iba a ser un día grande para el pugilismo ghanés y, en extensión, para el africano. Estas expectativas se cumplieron plenamente en la llamada Batalla de la Costa del Oro, en la que Isaac Dogboe (18-0, 12 KO) batió por nocaut técnico en el quinto asalto al durísimo César Juárez (20-6, 15 KO), que nunca había perdido antes del límite un combate y que en el pasado resistió brutales contiendas ante boxeadores como Donaire o Pagara.

Tras cantar a pleno grito el himno de su país, Dogboe entró enardecido al encuentro, renunciando a mostrar las precauciones debidas ante un peleador como Juárez al lanzarse al ataque contra él con directos diestros, ganchos zurdos arriba y abajo y veloces combinaciones de curvos al torso. Sorprendentemente, Juárez se vio desequilibrado de forma repetida por las rapidísimas y contundentes manos de su oponente, pareciendo o que las intensas pugnas del pasado se estaban cobrando ahora un precio en su encaje o que la pegada de Dogboe había experimentado una drástica mejora.

Sea como sea, en el segundo episodio un directo de mano adelantada, precedido por un gancho diestro al cuerpo, derribó al mexicano, que tuvo que soportar el resto del asalto cerrándose y moviendo la cintura pero sin poder evitar ser castigado temiblemente con rectos al rostro y hooks a la sección media. Dado que no ofrecía respuesta y era estremecido continuamente, llegó a parecer acertado detener el encuentro, pero el árbitro no lo estimó así, de modo que “Corazón” Juárez alcanzó el tercer round.

En éste, mostrando su valentía y su resistencia, el visitante pasó a presionar intensamente a su rival, obligándole a desplazarse y a contragolpear. Si bien Dogboe impactó buenos uppercuts aislados y veloces series, Juárez se abrió camino hasta el intercambio de golpes, donde podía compensar su falta de técnica y su inadecuada ejecución aprovechando su fortaleza física y su empuje. Entonces, como le había sucedido a Pagara, que derribó a Juárez en el primer round pero no pudo contener una posterior remontada, el ghanés empezó a sentirse menos cómodo, a perder rapidez de manos, a acentuar su dinamismo y a entrar en clinch, llegándose al momento decisivo de la pugna en el que tenía que reaccionar o podría verse en un mal escenario táctico. Estando así las cosas, alcanzado el quinto round en el enfrentamiento, Dogboe sacó un fenomenal gancho zurdo a la contra que puso de espaldas a la lona a Juárez, que mostró problemas para mantenerse estable, llevando al tercer hombre a detener la pugna.

El triunfo suponía mucho más para Dogboe que añadir a su récord a uno de los aspirantes más exigentes de la división del peso supergallo o demostrar que las perspectivas que su carrera genera son justificadas, sino que le servía para capturar un título interino WBO que le llevará en unos meses a la disputa del mundial de dicho organismo ante Jessie Magdaleno. De todos modos, si disputar un campeonato en Estados Unidos sería algo brillante para cualquier púgil, esto no es ni siquiera lo más importante. Y es que había sido filtrado a la prensa ghanesa que la promotora de Dogboe, dirigida por su propio padre, estaba en un momento crítico, en el que había llegado a dirigir una súplica al presidente del país para conseguir un rescate financiero y en el que sólo con una victoria ante Juárez podía contar con evitar hundirse. Por ello, el éxito de Dogboe servirá tanto para seguir buscando la consecución de sus sueños como para mantener vivos los del resto de púgiles de su escuadra y generar nuevos entre los aficionados de su país.