José Manuel Moreno
@josemorenoco

Hay quien dice que Nonito Donaire (33-2, 21 KO) ya no es el mismo fenómeno de los cuadriláteros que fue entre 2008-2012. Llegó a estar clasificado como el nº 3 para la revista «The Ring Magazine» entre los libra por libra mundiales, solo por detrás de los dos cracks, Floyd Mayweathery su compatriota Manny Pacquiao. Era un boxeador «casi» invicto porque la derrota ante Rosendo Hernández, en marzo de 2001, llegó en los albores de su carrera (segundo combate), cuando aún estaba en fase de aprendizaje en el boxeo profesional. Con 25 años ya era campeón mundial IBF del peso mosca tras vencer en cinco rounds en un recordado combate al armenio Vic Darchinyan. En 2011, en su apogeo boxístico, se proclamó campeón mundial del peso gallo tras vencer en dos asaltos a Fernando «Cochulito» Montiel. Ya era una celebridad, aunque con la «mala suerte» de vivir siempre a la sombra de su famoso compatriota. Apabulló a Omar Narváez por decisión unánime.

En diciembre de 2012 destrozó a Jorge Arce en 3 asaltos, convirtiéndose en campeón de una tercera división, la del peso supergallo. Parecía imbatible. Pero llegó el 13 de abril de 2013. MARCA TV en directo. Y el cubano Guillermo Rigondeaux «el aburrido» según algunos, le dio una lección dejandole en evidencia. Derrota inapelable a los puntos. ¿Se había acabado a los 29 años su carrera? Después de aquel «desastre» para alguien tan desacostumbrado a perder, derrotó en noviembre de 2013 a su viejo enemigo Vic Darchinyan. El pasado 31 de mayo volvió al cénit consiguiendo su cuarta corona mundial en pesos distintos, derrotando al sudafricano Simpiwe Vetyeka por decisión técnica en el quinto asalto y ganando el cetro de la WBA del peso pluma. Tiene

31 años, no está muy castigado físicamente, pero no parece ser el mismo de antes de la derrota ante el fenómeno cubano. Ahora, este sábado, tiene la oportunidad de disipar dudas cuando se enfrente al joven y brillante boxeador jamaicano de 24 años Nicholas Walters (24-0, 20 KO) que viene empujando fuerte y que tiene un futuro más que alentador. Las casas de apuestas algo se huelen, dan lo mismo por la victoria del filipino que por la del caribeño. El sábado, en el StubHub de Carson, California, saldremos de dudas.