Entre la batería de medidas iniciales de su segundo mandato, Donald Trump ha abordado uno de los grandes problemas abiertos en el deporte. El presidente de Estados Unidos firmó una orden ejecutiva por la que se prohíbe a mujeres transgénero competir en la categoría femenina. La polémica está servida en Estados Unidos: grupos progresistas defienden que Trump está discriminando a un colectivo, pero desde el equipo de Trump replicaron que esta es una forma de proteger e impulsar al deporte femenino.

El propio Trump expresó su preocupación acerca de que deportistas transgénero participasen en deportes como el boxeo concretamente. Tras esta orden ejecutiva y dada la influencia de Estados Unidos en el movimiento olímpico, se espera que la mayoría de federaciones deportivas adopten medidas similares.