Sigue el periodo de recuperación del mexicano Luis Alberto López tras haber sufrido un sangrado cerebral después de su última pelea.
El Venado, de 31 años, cuatro veces campeón del mundo IBF del peso pluma desde que arrebatara el cinturón a Josh Warrington en diciembre de 2022, perdía el 10 de agosto su título mundial frente al púgil local Angelo Leo en Albuquerque, siendo noqueado en el décimo asalto de un combate igualado y de gran desgaste físico.
Como consecuencia del combate, López fue hospitalizado y se le diagnosticó un sangrado cerebral. Se estima que un escáner a primeros de 2025 dictaminará, según la evolución, las opciones del mexicano de volver a subir al cuadrilátero, probablemente casi nulas tras un problema de esta índole.
Lo que ha denunciado el equipo representante del Venado es una serie de negligencias que pudieron llevar al problema de salud que actualmente arrastra el púgil. Para empezar, el árbitro del duelo, el réferi de Pittsburgh (Pensilvania) Ernie Sharif, permitió, a juicio de los mexicanos, demasiado choque y desgaste físico, especialmente muchos golpes de conejo que concuerdan con el ángulo de la herida cerebral, en una zona lateral-posterior de la cabeza. Por ello, le califican como “un carnicero que jamás debería arbitrar combates de título mundial”. Por curiosidad, Sharif fue un destacado púgil amateur que perdió en los Juegos Panamericanos de 1975 ante Sugar Ray Leonard.
Sigue el equipo de Venado López hablando de la Comisión Deportiva del estado de Nuevo México, que intentó obstruir el traslado al hospital del boxeador, argumentando que no lo veían necesario, aunque López estuviera desorientado un rato después de concluir la contienda. Por todo ello, creen que el problema de salud de su representado pudo haberse evitado o, en todo caso, atenuado de haber actuado todos correctamente.
Una importante lesión que puede llevar al mexicano a dejar definitivamente el pugilismo.