José Manuel Moreno
La foto que ilustra este comentario es significativa y simboliza la extraordinaria salud de la que goza el boxeo en Estados Unidos. Si por algo se ha caracterizado este año 2013 es por la grandes veladas. Es decir, no solo grandes peleas aderezadas por mediocres combates, sino veladas compuestas por dos, tres o cuatro campeonatos mundiales, o simplemente grandes peleas, aunque no contengan títulos en juego. La competencia feroz entre las dos grades televisiones de pago estadounidenses, HBO Sports y Showtime Sports han logrado este pequeño milagro, a lo que ha contribuido de forma decisiva el fichaje del actual número 1 libra por libra Floyd Mayweather por la segunda de ellas, con el contrato más multimillonario de la historia, lo que ha obligado a HBO, habitualmente dominante, a ponerse las pilas para no perder terreno en ventas y audiencias.
De esta manera, y volviendo a la foto, ahí vemos a seis boxeadores que teóricamente deben deparar tres buenos combates este próximo sábado en el Boardwalk Hall de New Jersey (EEUU). Por un lado, los dos gigantescos pesos pesados, de los cuales uno de ellos, Deontay Wilder (su rival es Nicolai Firtha) pasa por ser probablemente el que saque al boxeo norteamericano de la infamia de acabar con los siete años de sequía sin ningún campeón mundial en el peso completo. Por otro, Gabriel Rosado y «Kid Chocolate» Peter Quillin pueden protagonizar la pelea más igualada de la noche, con la corona (peso medio WBO) del segundo en juego. Y el protagonista del evento, el gran Bernard Hopkins que a priori ante el alemán Karo Murat no debe tener demasiados problemas para proclamarse de nuevo campeón mundial, y dejar el récord histórico de longevidad de los campeones del mundo en 48 años, 9 meses y 11 días.