
El español de origen cubano Enmanuel Reyes Pla denunció el mal estado en el que se conserva la medalla de bronce que ganó en París. En Cuba, su país de nacimiento, las preocupaciones son otras. Las autoridades cubanas supervisan que los boxeadores no abandonen la isla, a pesar de la reciente autorización para que se organice boxeo profesional en su territorio.
Los Juegos Olímpicos de París no fueron los más brillantes para la delegación cubana, por lo que el oro de Erislandy Álvarez en -63,5 kg cobró especial protagonismo. El Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación regaló a Álvarez un Hyundai Grand i10 por el triunfo. El boxeador afirmó que ha gastado casi 5.000 dólares en intentar reparar el vehículo entregado. Incluso sufrió la explosión de una rueda, pues se sospecha que los coches entregados no son de primera mano.
Erislandy Álvarez borró su queja de las redes sociales, pero no es el único deportista premiado con un vehículo en Cuba que está sufriendo ese tipo de problemas mecánicos. Un premio que contrasta con los 200.000 dólares, una casa y un vehículo que recibieron los campeones olímpicos de Uzbekistán, país que ha sustituido a Cuba como potencia referente en el boxeo olímpico.