Julio González
Domingo Barrera Corpas nació el 9 de mayo de 1943 en la localidad tinerfeña de Candelaria y fue uno de los mejores boxeadores canarios de la historia y uno de los boxeadores más queridos y taquilleros de su tiempo.
Fue un gran púgil en el campo aficionado, debutó con 18 años y desde 1963 al año 1966 fue campeón de España amateur, dos veces en el peso ligero y las dos últimas en el superligero, llegando a disputar muchos encuentros internacionales con la selección.
Fue subcampeón mundial militar, perdiendo en la final contra el italiano Riga. También fue Olímpico en los juegos de Tokio. Estuvo a punto de conquistar una medalla, sino fuera porque los jueces le perjudicaron en su combate contra el irlandés Jimmy Derek. Llegó a disputar cien combates como aficionado.
Debutó como profesional ante su paisano Miguel Calderín, el 5 de noviembre de 1966. Rápido en su carrera tuvo una oportunidad de disputar el título mundial del peso superligero con 40 combates disputados y cuatro derrotas, dos de ellas en disputa del título de España ante Juan Albornoz «Sombrita» y Tony Ortiz.
La primera pelea por el mundial fue el 3 de abril de 1971 en el Luna Park de la ciudad de Buenos Aires (Argentina) por el título WBA superligero ante la estrella local Nicolino Locche. Barrera perdió por puntos en decisión dividida y dejó una gran impresión ante los aficionados.
Su mánager Renzo Casadei supo llevarle con buenas negociaciones a disputar los dos títulos mundiales.
La segunda vez fue seis meses después, el 9 de octubre de 1971 en la ciudad italiano de Génova.
Bruno Arcari, campeón mundial WBC superligero, venció por KO en el décimo asalto, pero la realidad fue otra.
Cuando el combate se encontraba en el décimo round, un objeto lanzado por un espectador, una moneda de cien liras, impactó en la pierna derecha del boxeador español provocándole una herida y un tremendo dolor que le hizo caer al suelo. El árbitro, el inglés Teddy Waltham, ajeno a cualquier otra cosa empezó la cuenta hasta contar diez segundos, y en ese momento se dirigió al rincón donde se encontraba Bruno Arcari y le levantó el brazo en señal de victoria.
La velada se inició con la presencia de Cassius Clay que realizó una exhibición a tres asaltos contra el italiano Bambini. Luego se escucharon los himnos y dio comienzo un combate que fue mucho más disputado de lo que los italianos esperaban.
Los asaltos iniciales fueron bastante embarullados teniendo que intervenir el árbitro en numerosas ocasiones para separar a los dos contendientes, aunque la emoción se palpaba según trascurrían los minutos. Domingo Barrera demostró al campeón por qué no le iba a ser fácil la victoria y este, cauteloso, evitó en todo momento entrar en la corta distancia que favorecía al púgil hispano.
El cuarto asalto fue el mejor sin duda del italiano al colocar una izquierda al hígado doblada con una derecha y una serie que acusó el español, aunque en este mismo asalto, al termino del mismo el italiano se fue a su rincón sangrando por la ceja derecha. Los siguientes asaltos fueron dominados por la mejor técnica del púgil italiano, pero sin que el español perdiera la cara en ningún momento. El mejor sería el noveno; comenzó dominando el español para acabar siendo dominado por el italiano con un golpe al pecho que acusó el tinerfeño. El décimo asalto fue el definitivo con el objeto lanzado por un espectador. Un escándalo, pero el resultado fue inamovible.
El combate se celebró en el Palacio de los Deportes de Génova y asistieron 22.000 espectadores.
Después de este combate, por fin conseguiría Barrera Corpas el título de España del superligero, venciendo a Enrique Levy en el décimo asalto. Perdería la corona en la primera defensa ante Fernando Pérez y en el último combate de su carrera intentó el título de España del peso wélter, pero perdió en el primer asalto ante González Dopico, retirándose del pugilismo.