Nacho Gutiérrez
Foto: Fundación Alcántara y Agustín Rivera
Con epílogo de José Luis Garci y una entrevista al propio Alcántara, los periodistas malagueños Agustín Rivera y Teodoro León Gross han publicado un libro en el que se repasan las mejores crónicas de boxeo de Manuel Alcántara en el diario Marca entre 1967 y 1978.
Hoy charlamos con Agustín Rivera, uno de sus autores, para conocer todo lo que gira en torno a este esperado libro.
-¿De dónde te viene, Agustín, la afición por el boxeo?
Yo nunca he sido un apasionado irredento del boxeo pero tengo orígenes boxísticos ya que mi abuelo en los años 29 y 30 organizaba veladas en la Plaza de la Merced de Málaga y llegó a ser presidente de la federación malagueña, y a mi padre siempre le gustó mucho, cosa que me inculcó. Yo he asistido desde pequeño, a combates en la zona de Carranque y antes en el antiguo Bingo Cairy, con lo cual lo he vivido desde cerca. Y ya en los 90 gracias a la Tv principalmente.
¿Qué fue primero el gusto por el boxeo y después el libro, o al revés?
La tesis doctoral surgió en el año 2008 a raíz de un congreso de Columnismo en Málaga de la Fundación Manuel Alcántara. Entonces se iba a publicar un libro de homenaje a todas su facetas pero no a la de reportero de boxeo, fue ahí cuando propuse hacer un artículo sobre la faceta de cronista de boxeo porque pienso que es aquí donde encontramos al mejor Alcántara. La clave es que siendo un reporterismo urgente, de un día para otro, consiguió una riquísima calidad literaria a en sus crónicas. Eso es complicado. Cuando vi ese estilo tan increíble, me dije que eso necesitaba una tesis. Después ha surgido esta idea.
¿Qué te lleva a decantarte por Manuel Alcántara?
Yo me decanto por Alcántara y me llama la atención porque descubro que cuando fue fichado por Marca en 1967, fue un fichaje estrella que ya tenía premios muy importantes en prosa y poesía a nivel nacional. Tenía una edad perfecta, mucha experiencia pero todavía lo suficientemente joven para el reporterismo de calle. Marca decidió entonces apostar por la calidad y eso hoy en día en el periodismo deportivo es difícil. Y esa es la clave. El As tenía a una gran pluma como Fernando Vadillo y el Marca decide fichar a Alcántara como golpe de efecto. Los articulistas se daban “tortas” por tener su sitio y en ese momento Agustín Valencia (subdirector de Marca) decide dar un paso y lo ficha.
Leyendo las crónicas de Alcántara comprobamos que Don Manuel se “mojaba” y no se callaba ciertas cosas. ¿Le favoreció o perjudicó?
Él no era un patriotero así por así, y en los combates internacionales, como los que vemos en el libro, comprobamos que sí un boxeador no se merecía ganar un combate, él no iba a regarle nada. Un ejemplo lo encontramos en los combates de Mando Ramos contra Carrasco, en dónde el “maestro” fue crítico cundo hubo que serlo. Él estaba cerca del boxeo pero no era un cronista dentro del boxeo, esa distancia crítica es importante y eso hoy se ha perdido. Hoy el periodismo de camiseta ha hecho mucho daño.
El As tenía al gran Fernando Vadillo que era un declarado Urtainista mientras que Alcántara aguantó más de una crítica por expresar lo que pensaba. El sí veía algo raro lo contaba, con la total libertad de aquel que sabe que sus garbanzos no dependían de la crónica deportiva. Si tú dependías de esa relación con el mánager estabas atado.”
¿Crees que los periodistas se mojaban?
Alcántara sí…yo he consultado también a otros pero no con tanta profundidad. Él es muy amigo de Pepe Legrá pero, por ejemplo, en algunas crónicas advertía de la posible mala preparación y se lo decía. Nunca olvidaba que un periodista no siempre puede ser amigo de la gente que escribe. Como tiene que ser. Se mojaba.
¿Qué diferencias has encontrado entre el boxeo de aquella época y el de ahora?
El boxeo en aquella época era más importante que el fútbol. No hablo solo de 11 años de crónica, sino también de que los combates tenían audiencias millonarias y la población se paralizaba. Lo importante es que era la edad de oro por la cantidad de buenos boxeadores, algo que sólo se ha dado últimamente con Castillejo al que el Maestro Alcántara admira por vivir una época difícil.
Hoy lo políticamente correcto ha hecho mucho daño y la violencia intrínseca que tiene le ha perjudicado para que vuelva a ser un deporte popular. ¿El boxeo es violento?…por supuesto pero el boxeo no es sólo violencia, es un duelo de la vida. Y una metáfora fantástica de lo que pasa entre dos seres que compiten.
Agustín no se autocomplace en sus palabras porque suenen bonitas sino que incide en la autodisciplina y exigencia del Noble Arte, algo fundamental para muchos jóvenes.
La violencia está en casi todas partes de la vida, y en realidad hay que verlo como dos personas que compiten por ser el mejor. Dos deportistas que después de combatir se abrazan, un deporte que no es juego pero que nos indica el grado de Nobleza. Ha cambiado pero la esencia sigue siendo la misma.
¿Cuál de los combates qué aparecen en el libro te gustaría destacar?
Quizás el combate de José Durán contra Wajima, pues al margen de ser el combate más lejano que cubrió, se daba por descartado que ganara el español y ganó. Quizás Fue la mayor alegría que se llevó el maestro. Para mí también ha sido muy importante ese combate pues he trabajado como corresponsal en Tokio y hace dos años entrevisté a Wajima. Me dijo que Durán había actuado con manos sucias y pegándole con los codos. Hablé con Alcántara y me desmintió todo.
¿Cúal llamaba más la atención?
Urtain…sin duda Urtain, era un personaje como Ronaldo o Messi.,un tipo increíblemente popular y fascinante. No podemos olvidarnos de Perico Fernández, sin duda, uno de los campeones con más talento pero apenas se cuidaba. El siempre parecía boxear al 50%, no se entrenaba apenas y consiguió muchas cosas. Y por último, fajadores como Tony Ortiz que lo dieron todo.
¿Por qué decide colgar los guantes Alcántara?
A raíz de la muerte de Rubio Melero., la madrugada después a la velada estaba escribiendo y manifestó su deseo de dejarlo si fallecía el boxeador. Siempre ha pensado, Alcántara, que esa muerta era evitable. Pareció decir si esto sigue por aquí, yo me retiro.
Un deseo
El periodismo boxístico debería resucitar en cada ciudad con un sitio donde siempre hubiera boxeo estable. No pueden ser veladas aisladas y sitios alternativos. Una velada dedicada al Maestro Alcántara estaría muy bien aquí en Málaga”…
Pues sí, le respondemos, habrá que ponerse a ello.