Daniel Pi
@BastionBoxeo
Cuando se produjo la cancelación del enfrentamiento entre Anthony Joshua (22-0, 21 KO) y Jarrell Miller por las coronas mundiales WBA, WBO e IBF del peso pesado que posee el primero, anulación causada por el triple positivo en control antidopaje del aspirante (por hormona del crecimiento, EPO y GW1516), se creó una lista de posibles sustitutos, siendo estos finalmente reducidos, tras el boicot del promotor de Luis Ortiz, a un pequeño grupo en el que se encontraban como opciones más viables Manuel Charr, Trevor Bryan y Andy Ruiz.
Así, teniendo en cuenta que los dos primeros eran opciones nefastas para el debut en América de la estrella británica y para un combate estelar en el mítico Madison Square Garden de Nueva York (Estados Unidos), la opción final, el exretador mundial Andy Ruiz (32-1, 21 KO), resultó sin duda el mal menor. Y es que Ruiz era el boxeador más conocido de los tres, el de mejor rendimiento y por su nacionalidad estadounidense pero de origen mexicano resultaba óptimo para vender entradas y generar cierta expectación en el público local. De todos modos, no son pocos los que piensan que esta es una pelea muy mal emparejada, sobre todo deseando los aficionados ver de una vez por todas a Joshua contra Wilder.
Con todo, aunque no se puede culpar a Joshua o a su promotor Eddie Hearn por el dopaje de Jarrell Miller y por tener que buscar finalmente un reemplazo con limitada maniobra, sí se les debe achacar que no se esforzaron con anterioridad. Hay que recordar que Joshua en principio iba a combatir en el estadio de Wembley ante Dillian Whyte el 13 de abril pero le hicieron una oferta tan sumamente baja a éste (menos dinero del que ganó contra Chisora) que muchos la consideraron una burla o una excusa para alejarse del enfrentamiento. Es sabido que entonces Whyte tanteó romper su acuerdo con Matchroom Boxing y firmar con Top Rank.
Sea como sea, nos guste más o menos, y aunque la desventaja en las apuestas de Ruiz es muy grande (11 euros por euro apostado se pagan por el triunfo del retador), nos tenemos que conformar, una vez más, con lo que la industria boxística nos arroja como sobras en lugar de darnos los combates que todos queremos ver entre la élite del peso pesado.
Centrándonos en el duelo del sábado, se debe intentar tener una actitud objetiva y equilibrada y huir de las lecturas extremas que se están haciendo, pareciendo que cometen un grave error los que piensan que el retador es un inútil al igual que los que consideran que el estadounidense-mexicano es un boxeador de una exigencia casi inconmensurable. Simplemente, Ruiz es un boxeador sólido, con buenos fundamentos, encaje y recursos pero que presenta incluso en su mejor noche un aspecto físico inadecuado y al que le falta la inteligencia de ring o la potencia para ir más allá del estatus de un buen top 15.
Por ello, realmente, teniendo Joshua una enorme ventaja en tamaño y contundencia, habiendo logrado éste vencer sin problemas a un Joseph Parker que derrotó por la mínima a Andy Ruiz (eso sí, con cierta controversia) y siendo el monarca tremendamente eficaz con sus combinaciones de rectos, que podría explotar ante un adversario agresivo, frontal y más bajo, la derrota del aspirante parece estar en las quinielas de todo el mundo.
Eddie Hearn ha intentado, conforme a su función de promotor, vender la pelea señalando que está tremendamente asustado y preocupado por la dificultad que supone Ruiz, pero todo el mundo sabe que en su interior no está tan preocupado por el nivel de amenaza que supone un boxeador que, dejando de lado su duelo ante Parker de 2016, no se ha medido a otra cosa que piedras de toque. De hecho, el mayor triunfo de “Destroyer” es el obtenido en cinco asaltos ante el irregular Dimitrenko que, aunque cuenta con meritorias actuaciones ante Bryant Jennings y Adrian Granat, ofreció pésimas peleas ante Parker y Rovcanin.
El mayor interés del duelo Joshua-Ruiz lo ha señalado el propio “AJ” al indicar que hay un cierto choque de estilos que le puede perjudicar:
“Andy Ruiz tiene velocidad en ambas manos, así que me tengo que asegurar de trabajar en mi reacción. Sus puntos fuertes son su habilidad para avanzar y absorber y evitar castigo. No recibe muchos palos. Tiene la habilidad para lanzar combinaciones de puños mientras que siento que el estilo europeo que me han enseñado es jab, uno-dos, jab, uno-dos-hook. Pero él puede lanzar gancho zurdo, gancho diestro, gancho zurdo, gancho diestro, uppercut, gancho, gancho diestro al cuerpo”.
Como indica Joshua, la fluidez del estilo ofensivo de Ruiz, mucho más veloz de lo que parece a primera vista y que ofrece eficaces transiciones de posición ofensiva a defensiva, es un cierto reto con el que lidiar, especialmente para un boxeador de dos metros de altura, de más de 110 kg, un tanto rígido por su gigantesca musculatura y con un estilo marcadamente ortodoxo.
No obstante, y aunque Ruiz dice haber trabajo el estilo de Mike Tyson y afirma haber visto serias debilidades en el boxeo del campeón que puede aprovechar con espontaneidad, el aspirante tiene mucha superficie en la que conectar golpes de poder y su acometividad da continuas oportunidades para los derechazos a la contra.
Por ello, si bien sus movimientos de cintura y sus arremetidas semiagachado pueden obligar a Joshua a mantenerse alerta, éste también puede explotar su boxeo lineal y su firme jab para frustrar y castigar las entradas de su contrincante, no resultando sorprendente que, con tanto poder, “AJ” pueda lograr una ruptura definitiva de la contienda cuando Ruiz termine por cansarse como siempre le ha sucedido en las peleas largas.
La retransmisión de DAZN para España del evento encabezado por el Joshua-Ruiz se iniciará a las 23:30 h de la noche del sábado.
