MARCA
El polémico empresario uzbeco Gafur Rakhimov anunció ayer su dimisión como presidente de la Asociación Internacional de Boxeo (AIBA). El Comité Olímpico Internacional (COI) ha puesto en tela de juicio la presencia del boxeo en los Juegos de Tokio 2020 y mantiene congelados los fondos que destina anualmente a esta asociación que administra el boxeo amateur, es decir, la modalidad olímpica.
A finales de noviembre del pasado año, el COI ya expresó su «preocupación» por la situación financiera y ética de la AIBA, que carece de auditorías públicas y no puede mantener abierta una cuenta bancaria en Suiza, donde tiene la sede. La Ejecutiva del COI, reunida en Tokio, acordó que las becas de Solidaridad Olímpica destinadas a los boxeadores les llegaran sin pasar en ningún caso por sus federaciones nacionales. Además, no se han fijado aún los criterios de clasificación de los púgiles para los Juegos. La salida de Rakhimov, que está acusado de ser un «criminal» en su país por el Tesoro estadounidense, podría implicar que el COI levantara las sanciones que pesan sobre la AIBA.
La comisión ejecutiva del COI debe abordar la cuestión en una reunión entre el martes y el jueves de la próxima semana en Lausana (Suiza), aunque la decisión definitiva sobre la participación, y en qué condiciones, del boxeo en los Juegos de Tokio se tomará en junio de este año, durante la sesión (asamblea) que el COI mantendrá igualmente en Lausana.