Daniel Pi
@BastionBoxeo
Tras lo acontecido en su combate contra Adonis Stevenson, el ucraniano Oleksandr Gvozdyk (17-0, 14 KO), campeón mundial WBC del peso semipesado, necesitaba una puesta en juego voluntaria de rodaje para recobrar la moral, pero lejos de poder lograr una victoria sólida en un choque convencional que despejase cualquier duda mental, el monarca terminó el encuentro visiblemente decepcionado, puesto que su rival, el aspirante congoleño Doudou Ngumbu (38-9, 14 KO), ofreció una mala actuación y se lesionó en la pierna en el quinto asalto de una contienda fea y sin acciones de demasiada calidad.
Al contrario de lo que acostumbra, el retador no abordó este primer mundial de su carrera atacando con voluntad inquebrantable, sino que cedió totalmente la iniciativa a un Gvozdyk que, con mayor altura, envergadura, precisión y técnica, no tuvo que esforzarse demasiado para conectar su directo diestro y ganchos zurdos ante un adversario que pareció más centrado en evitar castigo que en intentar ganar.
De forma salteada, Ngumbu arremetía contra su adversario o contragolpeaba con tosquedad con curvos que más que ser heterodoxos estaban mal ejecutados, aunque su descontrolado avance, su tendencia a entrar en clinch sin motivo y sus manotazos desordenados además de afear el enfrentamiento le valieron para alcanzar alguna vez al titular y para evitar que éste desplegase todo su arsenal ofensivo.
Después de unos asaltos sin demasiada historia y en los que sólo variaba la voluntad de tomar riesgos de Gvozdyk, Ngumbu dio unos pasos laterales para evitar un ataque y, sin que mediase ningún contacto, comenzó a quejarse de un dolor en su pierna derecha, entre el gemelo y el tobillo. El árbitro le dio tiempo, pero el retador comenzó a andar cojeando de un lado para el otro realizando aspavientos un tanto exagerados. Finalmente, al ver que el retador no podía o no quería continuar, el tercer hombre decidió decretar la conclusión.
Tildar la actuación de Ngumbu como decepcionante sería quedarse corto, puesto que en anteriores ocasiones había sido muy valiente y es difícil recordar en los últimos años un campeonato mundial del peso semipesado de tan baja calidad. Ciertamente, Gvozdyk no estuvo tan quirúrgico como es habitual en él, pero la heterodoxia y la nula voluntad de triunfo de un amedrentado Ngumbu, sumadas a la extraña lesión, hicieron de la pelea una parodia de mundial.
Por ello, Gvozdyk pareció terminar el encuentro con más dudas y más frustrado de lo que lo estaba antes de comenzarlo, no siendo su rostro de resignación posterior al choque el reflejo del estado mental necesario para abordar peleas trascendentales en una división llena de nivel y en la que le espera como aspirante obligatorio un complicadísimo y contundente Marcus Browne.
En el combate de semifondo, el lituano Egidijus Kavaliauskas (21-0-1, 17 KO) sufrió un resultado contra pronóstico, aunque no perdió la condición de invicto, ya que su enfrentamiento ante el zurdo Ray Robinson (24-3-1, 12 KO) terminó en un empate mayoritario (97-93 a favor de Kavaliauskas y doble 95-95). Puede que a Kavaliauskas no se le diese el suficiente crédito por sus acciones ofensivas, pero la pelea fue poco entretenida y desagradó al público y, lo que debería ser peor para Top Rank, seguramente haya hecho que el invicto quede apartado como opción inmediata para retar a Terence Crawford.