Julio González
Estos días estamos viviendo en el País Vasco el resurgir del boxeo que en otros tiempos llegó a ser uno de los deportes preferidos de los vascos. Los nuevos valores del deporte vasco, los boxeadores Kerman Lejarraga, Jon Fernández, Andoni Gago, entre otros, han devuelto a los aficionados la ilusión por un deporte que estaba prácticamente desaparecido. El último gran ídolo del boxeo vasco fue “Andoni Amaña”, que, aunque de nacimiento salmantino, realizó prácticamente toda su carrera en el País Vasco, llegando a disputar sin suerte en dos ocasiones el título europeo en la Plaza de Toros de Bilbao.
Pero los primeros conocimientos del nacimiento del boxeo vasco datan de 1908. El 21 de noviembre un grupo de empresarios de Bilbao decide organizar boxeo entre los festejos de deporte vasco, que contaba con el levantador de piedras Echecondo, uno de los deportistas vascos más famosos. Los empresarios Larrazabal, Azarosa y Yandolia deciden traerse de Inglaterra un grupo de púgiles: Peter Brown, Kid Adolf, Jhonson y el negro Askalang con el manager Hart. La expedición llegó a Bilbao a la estación de Achurri y fue recibida por los promotores, por una delegación de la Federación Atlética Vizcaína y por un gran número de aficionados, que estuvieron amenizados por la orquesta municipal. El evento se celebró en el Circo del Ensanche de la capital vizcaína. Y un año después se celebraron en una reunión atlética tres combates de boxeo.
En noviembre de 1910, el señor Juan Larrazábal (Juanito) enseña la práctica del boxeo a Rafael Salazar, reclamando éste ser el primer boxeador de Bilbao. El señor Larrazábal, perteneciente a una buena familia de Bilbao, estudió medicina en Estados Unidos donde practicó el boxeo, y al regreso a Bilbao se dedicó a ensañar su práctica.
En 1912, el boxeo va calando hondo entre los aficionados vizcaínos y cada vez existe más interés. En el gimnasio Zamacois de Bilbao, en el Club Deportivo que se encontraba situado en la calle Orueta, se ofrecen exhibiciones de boxeo a los jóvenes bilbaínos muy interesados.
El 16 de mayo de 1915, el excampeón del mundo de los pesos pesados Jack Johnson, de visita en Bilbao, se aloja en el Hotel Inglaterra, conoce las instalaciones del gimnasio del Club “Salón Olímpico” invitado por el presidente el señor Antxón Bandrés. La visita fue en éxito para los socios del Club, que acudieron en masa a conocer al excéntrico boxeador.
Esto sucede en 1916, en el “Club Deportivo de Bilbao” se dan cursillos de boxeo los jueves, viernes y sábados con gran éxito. El profesor es el canadiense Anderson, que en su tiempo hizo exhibiciones contra Jack Johnson, en Bilbao.
El 28 de septiembre de 1919 en la Plaza de Toros de San Sebastián, el francés Carpentier vence por KO al campeón militar de Francia Croiselles, y el encuentro es presenciado por el Rey Alfonso XIII.
Con la creación de la Federación Española de Boxeo, al poco tiempo se crean las primeras federaciones provinciales. El 18 de diciembre de 1923 la Federación Vizcaína se da de alta en la Federación Española.
En 1923 se empiezan a organizar veladas en Bilbao asiduamente y en ese año debuta como profesional el peso pesado Paulino Uzcudun.
El primer campeón de España vasco fue Paulino Uzcudun en 1924 al derrotar al catalán José “Kamelot” Teixidor, a este le seguiría Antón Gabiola, que en 1927 es nombrado campeón nacional del peso semipesado sin tener que pelear, al ser desposeído el catalán Juan Molero que no había combatido en los cinco últimos años.
Otro destacado fue Raimundo Montes, el vizcaíno de Durango, peso medio que se enfrentó a los mejores púgiles españoles (Arranz, Ino I, De la Peña, etc. y los internacionales Kid Tunero, Edouard Baudry, Raymond Porcher, etc). Terminó su carrera en Argentina, allá por los años treinta.
En 1927 debuta como profesional Julián “Fillo” Echevarría, que con el tiempo se convertirá en uno de los púgiles españoles más conocidos en el mundo. En 1930 se radica en Cuba, convirtiéndose en un ídolo de la afición local y de la gran colonia española. El nombre de “Fillo” se lo pusieron los gallegos residentes en la isla. “Fillo” en gallego es hijo, y Echevarría es tan querido que le bautizan cariñosamente con ese apelativo. Echevarría recorrería todo el continente americano, peleando en Estados Unidos, México, Venezuela y otros países, acabando su carrera en 1939 en Cuba.
Pero Echevarría no estaba solo, el boxeador nacido en Motrico (Guipuzcoa) en 1908, Mateo de la Osa, fue campeón nacional semipesado y recorrió América del Norte, llegando a pelear en Nueva York, Boston, Miami y Cuba, dejando el boxeo profesional después de enfrentarse a Arturo Godoy en Barcelona en 1933. Godoy disputaría en dos ocasiones el título mundial de los pesados a Joe Louis.
Vicente Riambau, el irunés nacido en 1907, se convierte en campeón de España del peso ligero al vencer a José Micó y perderlo contra el gallego Segundo Bartos. La Guerra Civil truncó su carrera dejando el boxeo en 1936.
Entre los años veinte y treinta, de esas tierras surgieron una serie de púgiles que recorrieron América combatiendo en los grandes escenarios. Juanito Olaguíbel, nacido en Irún, se enfrenta a los grandes pesos pesados norteamericanos en los míticos escenarios como el Madison Square Garden o el Yankie Stadiun entre otros. Dejó el boxeo en 1934 y se dedicó al cine, interviniendo en varias películas de la época.
José Lete, también recorrió América, había nacido en Azcoitia y debutó en 1927 en París. Lete protagonizó una gran pelea contra Primo Carnera en San Sebastián antes de tomar rumbo para Argentina donde se establecería a finales de 1929.
La Guerra truncó la carrera de muchos púgiles vascos que empezaban, como el caso de Francisco Bueno, primer campeón nacional del peso semipesado y después del peso pesado. Durante la década de los años cuarenta. Bueno no tuvo rival en los grandes pesos, llegó a disputar en dos ocasiones el título europeo sin suerte y se retiró a finales de los cuarenta siendo un auténtico ídolo. Montó un restaurante en Bilbao y hasta el final de sus días, él mismo lo regentó.
A Francisco Bueno le acompañaron una serie de púgiles que marcaron una época en la posguerra. Luis Pinedo, campeón nacional del peso medio, Eloy Lafuente, de nacimiento en la Rioja y criado y residente en Baracaldo, consiguió el título nacional del peso medio y fue el gran rival de Ignacio Ara con el que llegó a enfrentarse en seis ocasiones, cuatro con el título nacional en juego.
Otro fue Gabriel Zubiaga, el peso medio con una tremenda pegada, conocido como la “Coz de una mula”, que fue también campeón nacional y que se retiró después de perder en dos ocasiones contra Paco Bueno con el título nacional del peso semipesado en juego. No podemos olvidarnos de Fidel Arciniega, el ídolo de Sopelana (Vizcaya), que debutó como profesional el 4 de febrero de 1943 contra el asturiano Abelardo Acosta en Bilbao. Después, durante dos años se enfrenta a los mejores boxeadores nacionales. Arciniega se caracteriza por su fuerte pegada consiguiendo triunfos ante Luis Alcalá, Galindo, Mendieta y Rodolfo Díaz. Se corona campeón nacional en Madrid en la plaza de Las Ventas ante Paco Bueno al que vence por KO en nueve asaltos el 1 de agosto de 1945. Defiende el título contra Abelardo Acosta, y dos asaltos le dura el asturiano, para perderlo contra Ignacio Ara, el 22 de agosto de ese mismo año.
En noviembre de ese mismo año pelea contra Paco Bueno por el título nacional del peso pesado perdiendo por puntos y luego se enfrentaría en dos ocasiones más a Bueno con el título pesado en juego, pero siempre perdería por puntos. En 1947 se volvería a enfrentar a Ignacio Ara por el título semipesado, con derrota por puntos, esto sucedía en mayo de 1947. En ese año decide abandonar España y trasladarse a Nueva York donde permanecerá una temporada combatiendo. Su entrada es espectacular, derrota por KO en sus primeros cinco combates a los púgiles a los que se enfrenta, White, Brown, Bestain, O´Brien etc, rápido se crea una fama como terrible pegador, pero también sufre varias derrotas antes del límite, el famoso Tommy Gómez le noquea, Henry Flaker, etc. Alterna las victorias con las derrotas. Recorre los Estados Unidos combatiendo, luego pasa a Cuba hasta el año 1950, que decide dejar el boxeo y regresar a España.
Otros boxeadores que sin llegar a conquistar ningún título importante eran muy populares entre los aficionados, fueron los hermanos Quincoces. También hay que destacar a Pedro Llorente, que, de origen palentino, inició y terminó su carrera en Bilbao, llegando a coronarse campeón nacional semipesado. Llorente llegó a disputar el título nacional en tres pesos diferentes, wélter, título que disputó a Ferrer y que perdió por puntos y luego en varias ocasiones el del peso medio, primero a Eloy Lafuente y luego a Ignacio Ara. Con el maño llegó a pelear por el título semipesado, venciendo al mallorquín Silvestre Pericás.
Ramón Martínez posee el récord al conquistar el campeonato de España en su primera pelea profesional. Caso único. En 1947 acude a sus primeros Campeonatos de España siendo eliminado en primera ronda por el boxeador Julián Bilbao. En 1949 queda campeón nacional del peso medio, en los Campeonatos de Valencia, ganando en la final a Chaques. Participó en numerosas ocasiones representando a la selección española, y realizó como amateur 58 combates con 49 victorias, 5 combates nulos y 4 derrotas.
Debutó como profesional el 29 de junio de 1950 en la Plaza de Toros de San Sebastián, el título nacional semipesado estaba en juego. El campeón era el palentino Perico Llorente y en el cuarto asalto le hizo abandonar. Esta pelea representaba su primera pelea y el título nacional. Caso único en nuestra historia. Después la carrera de Ramón fue complicada, en España casi no existían boxeadores de su peso y tuvo que emigrar a Francia.
Se puso a las órdenes del mánager Manuel López, español que residía en Francia.
En 1953 pierde el título de España al ser descalificado en Mallorca contra el balear Silvestre Pericás. Pero nuestro campeón en el segundo asalto conectó una derecha al estómago, derribó a Pericás, el árbitro contó los diez segundos y después descalificó a Ramón Martínez alegando que el golpe había sido bajo, golpe que solo vio él.
Seguiría combatiendo en Francia, Suiza y el 12 de febrero de 1956 se enfrenta en Barcelona al valenciano José González Sales, en disputa del título nacional del peso pesado. Pierde por puntos siendo su último combate profesional.
Otro destacado de esa época fue Agustín Mendicute que conquistó el título del peso medio en julio de 1947 ante Eloy Lafuente. Mendicute no disfrutaría mucho tiempo del título, un desgraciado accidente le hace fallecer el 12 de octubre de 1947, al ser arrollado por un tren cuando se disponía a cruzar la vía férrea en San Sebastián.
La década de los cincuenta daría una serie de púgiles muy importantes para el boxeo español.