Darío Pérez
@Ringsider2020

Para Ibon Larrinaga (13-3, 2 KO), el boxeo es “pura vida”. El bilbaíno afronta, en unas semanas, el reto que le puede aupar en el ámbito europeo. Junto al también español John Carter, es coaspirante al título superpluma de la Unión Europea. A tres semanas de la pelea, y en plena preparación para la misma, ESPABOX ha contactado con Ibon para ver cómo afronta la cita.

-Hola, Ibon. ¿Estás ya metido mentalmente al 100% en la misma? ¿En qué momento te llega, personal y como boxeador?
-Hola, un placer charlar. Te soy sincero, me llegó todo por sorpresa, iba a boxear en la velada del próximo fin de semana a cuatro asaltos en Castro Urdiales, pero a una oportunidad así no le puedes decir que no. Era un combate un poco de rodaje, aunque yo estaba entrenando para más asaltos, porque nunca sabes lo que te puede salir. Mi intención era pelear fuera de España, porque me temía que aquí no se pudieran dar títulos o combates importantes por temas de bolsa y aforo. Fue decir eso… y me surgió la ocasión de hacer este título intermedio.
Me habría gustado saberlo antes, hacer una preparación buena y larga, de tres meses, pero no me podía negar a una pelea tan importante. Además, justo antes de la pandemia tenía una pelea a ocho asaltos por el título del País Vasco, pero no pudo ser por unos días, ya que nos confinaron. También hubo rumores de que me saldría algo en Estados Unidos, así que estaba como el futbolista que calienta en la banda, expectante y pensando que algo bueno vendría.

-¿Sientes que es una especie de último tren o te ves con mucho recorrido con 29 años, dado lo que últimamente se alargan las carreras de algunos púgiles?
-No, claro. Yo siempre pienso en ganar todas las peleas a las que voy, pero en caso de que no fuera así, todavía tengo recorrido. (Pensativo) Esa es la idea, hago un deporte muy sacrificado y el futuro es una incógnita, igual quiero pasar más tiempo con la familia, o me sale un buen trabajo de jornada completa que me complique entrenar bien, porque ahora también doy clases además de competir. Pueden ocurrir tantas cosas…

-¿Y qué tal va el campamento, la preparación a la pelea? ¿Estás teniendo algunas dificultades derivadas de la situación llamada “nueva normalidad”?
-Para la etapa del confinamiento, pillé todo lo que pude del lugar donde entreno, el Mampo Gym: sacos, punchings, escaleras, pesas, etc. Entrené lo mejor que pude, tengo una terraza que me permite hacerlo, y ahora ya no he tenido demasiados problemas para hacer una preparación bastante buena. Por la mañana, hacemos pista Kerman y yo (como peleamos en la misma fecha, estamos llevando una preparación parecida), y luego hacemos rutinas de gimnasio. Ahora se ha sumado al campamento Ricardo Sánchez Atocha, que es un crack, y nos está echando una mano a nosotros y a los que pelean en Castro.

-Parece que el título de la Unión Europea es tu mayor reto a nivel de palmarés personal. ¿Qué representa para ti este combate y qué supondría ganarlo?
-Para mí, es una motivación estar al nivel de disputar un combate así. Han pasado tres años desde el título Mediterráneo, dos desde el título nacional, y seguir en estos combates me motiva para entrenar y mejorar. Ganarlo me daría un empujón a la carrera para optar a peleas más importantes y disfrutar de este deporte a un nivel superior.

Leroy-Larrinaga (WBC Mediterráneo)

-¿Y qué tipo de combate te esperas, en la medida que puedas decirlo? Conoces a tu rival bastante bien, para saber cómo boxearle. ¿Qué valoración nos puedes hacer de él?
-Ya peleé con John Carter en amateur, y luego hemos tenido relación muy buena cuando se sumó a la promotora, porque ha venido a hacer sparring con nosotros, hemos entrenado juntos. Es un crack como deportista y como persona, mete mucho ritmo y le pesa la mano más que a mí, así que intentará agotarme y que me entren golpes de poder. En este sentido, me viene bien poder hacer sparring con Andoni Gago, porque nadie tiene más ritmo de combate que Andoni.

-Tu carrera transcurre casi por completo en el País Vasco. ¿Te sentirías más cómodo peleando en casa o a estos niveles ya no es tan importante? Hablo de las puntuaciones.
-A ver, pelear en casa siempre es un plus, pero, como dices, en un título se va donde sea. Y luego el tema de puntuar, en una pelea a pocos asaltos pueden ser más locales los jueces, pero en un título a 12 asaltos y puntuándote gente de distintos sitios ya no importa tanto. Sabiendo que peleas fuera, siempre intentas dar un poco más de cara a los puntos, pero no me importa.

-También fuera, has peleado nada menos que en el Madison Square Garden, ante Michael Conlan y en la velada de Jorge Linares contra Vasiliy Lomachenko. Cuéntanos la experiencia.
-Lo cogí con muchísimas ganas, porque no acababa de despegar del todo; peleaba mucho en el País Vasco, gané en Francia como dices, luego tuve un tropiezo… así que una oportunidad así se coge con una ilusión enorme. Recuerdo en el vestuario, sentado al lado de Teófimo López charlando con él, y Jamel Herring con Terence Crawford y el resto de su equipo. Ahora, les veo como campeones del mundo y siempre podré decir que compartimos vestuario y además salí más tarde que ellos.

-Perdiste ante Conlan (con mucho mérito, llegando a la distancia), y también contra Aritz Pardal y Carlos Ramos. ¿Qué te ha faltado hasta ahora en tu carrera para dar ese paso adelante y qué has cambiado desde tu última derrota, ya sea en tu equipo o entrenamientos?
-Mi primera derrota, contra Pardal, fue un momento en el que me encontraba un poco débil, pero al final la mente te dice que estás bien, preparado. No era así, debí haber escuchado más a mi cuerpo, porque en la analítica me salió una anemia de caballo. La realidad es que no podía dar más el peso supergallo y, ahora, dos años después, estoy en superpluma, porque también me costaba horrores dar el pluma.
Ante Conlan, salí al Madison abrumado. No tenía la confianza para meter mis manos de poder; ni me moví ni pegué mucho. Ojalá me volviera a pasar, con más experiencia. Por último, con Carlos Ramos también tuve problemas con el peso, bajé una barbaridad, de 73’5 kilos a 57 en dos meses. Perder tantos kilos en tan poco tiempo es una salvajada. Fue imposible llegar fino.
Ahora, he subido de peso, como te decía, y puedo comer y descansar más tranquilo. Eso hace que el fin de semana coja fuerzas y empiece las semanas de entrenamiento a tope y con chispa, mientras que antes estaba siempre al límite. Unido a ello, estoy trabajando aspectos como la estabilidad con gomas o pasando pelotas, y eso ayuda mucho.

-Pareces, de cara al público, un boxeador que lleva diez años de profesional, porque has tenido buena actividad, pero la realidad es que solamente llevas cuatro años en el boxeo de pago. ¿Te habría gustado haber cambiado antes de amateur al profesionalismo, con la perspectiva actual?
-Antes pensaba en ello, en haber tenido trayectoria desde más jovencito. Sin embargo, yo he disfrutado del deporte amateur, viviendo experiencias muy bonitas yendo a muchos sitios, o con la gente que conoces en campeonatos. Es un boxeo con más continuidad que el profesional, peleas a menudo, hay constancia en los entrenamientos y los compartes con más chavales.

-Una de tus pasiones es el Athletic Club de Bilbao (como tanta gente dentro del mundo del boxeo español, como Kerman o nuestro amigo Jaime Ugarte). Lo que mucha gente no sabe es que hiciste tus pinitos como futbolista. ¿Qué te hizo cambiar las botas de tacos por los guantes?
-Aquí te ponen un balón en los pies desde que naces, a mí me gustaba y no se me daba mal. Tuve una lesión muy grave (rotura de tibia y peroné), y lo pasé mal, con alguna recaída cuando por fin estaba volviendo. En esa etapa, conocí el boxeo y me enganchó. El boxeo me daba algo que el fútbol no: querer mejorar. Yo en fútbol entrenaba lo justo, lo necesario, no sentía tanta chispa como en el boxeo, ese espíritu de superación que sentí desde el principio en este deporte.

-Y, aparte del boxeo y el fútbol (ya como mero espectador), ¿qué le gusta hacer a Ibon Larrinaga en su tiempo libre?
-Me gusta disfrutar de la familia y de los amigos. El deporte me encanta, me apunto a cualquier plan: bici, frontón, piscina, etc. Pero, desde que nació mi hijo hace más de un año, intento disfrutar de él todo el tiempo posible, y los planes de cuadrilla se han visto un poco relegados.

Hablábamos hace poco con Juanfe Gómez, que nos contó que pudisteis haberos enfrentado hace unos meses, y le preguntábamos por algo que también te ha perseguido durante tu carrera, lo poco que vences antes del límite. ¿Te resulta un hándicap real?
-Hubo temporadas, como el paso a profesional, que me hacían hincapié en pegar más sentado y ganar fuerza, pero con el tiempo he admitido que tengo un boxeo más dinámico y la pegada no es lo mío. No me importa no noquear a una mano, los deportistas que me gustan tampoco son de KO temprano. Me gusta mucho Terence Crawford, y, si te fijas, es más de vencer por acumulación de castigo, como a Benavidez o Kavaliauskas, que por una mano en asaltos iniciales. Al final, no te puedes obsesionar con pegar si hay otras cosas.

-Queríamos acabar preguntándote, ya que eres un boxeador muy activo en redes sociales y sigues las noticias del boxeo, por el futuro del pugilismo en España. Dada la situación actual, ¿cómo crees que se presenta el porvenir y cómo se puede hacer viable el boxeo español?
-Esto es una rueda, y hay que hacerla girar entre todos, boxeadores dando espectáculo y medios de comunicación haciéndose eco de ello. Estaría muy bien que las televisiones, que parece que están más activas, se decidieran a apoyar del todo al boxeo (no solo emitiendo, sino también metiendo dinero en ello, y no pensando que la promotora tiene que ceder la velada gratis para que la gente pueda verla). Eso en otros deportes no pasa, y la gente tiene que entender que es imposible traer rivales de calidad así.

-Muchas gracias, Ibon. Que todo vaya bien y nos deis una gran pelea Carter y tú.
-Eso esperamos. Muchas gracias a vosotros.