Cruz-Romero

Darío Pérez
@ringsider2020

Anoche en la buena velada que organizaba PBC en el T-Mobile de Las Vegas (Estados Unidos), uno de los títulos mundiales cambiaba de mano en una categoría donde el boxeo español tiene mucho interés.

Seguro que Sandor Martín o Jon Fernández miraban al título superligero WBA en el que Rolando Romero (15-2, 13 KO) cedía el cinturón WBA superligero contra Isaac Cruz (26-2-1, 18 KO). Fue, como se preveía, una pelea de escasa calidad técnica y mucho empuje sin control. Cruz tuvo ya temblando al campeón en el round inicial, pero las carencias del Pitbull le impidieron finalizar la contienda pese a la inferioridad del campeón, bailando sobre el ring. La tendencia se acentuaba en los rounds siguientes en los que el mexicano imponía su boxeo más ortodoxo contra el endeble campeón.

Así llegamos al asalto ocho en el que, tras acumular castigo, Romero levitaba sobre el cuadrilátero y por fin Cruz aprovechaba para finalizar las acciones con intervención arbitral. Se demostraba, como estaba previsto, que la WBA había aupado a un campeón con no demasiadas virtudes boxísticas (siempre hablando del máximo nivel) y abundantes habilidades a la hora de hablar de más antes de sus citas entre las dieciséis cuerdas.