El australiano Jai Opetaia recuperó su título mundial del peso crucero IBF, tras haberlo perdido por la mala praxis del organismo (el rival obligatorio no estaba disponible), hace poco más de dos semanas en Riad. Superó al mismo adversario que la primera vez, el letón Mairis Briedis.

Debido a todo lo ocurrido en este tiempo, donde tampoco tuvo sencillo encontrar rival para exponer su cetro, Opetaia no se tomó el segundo combate contra Briedis como lo que fue: “El cinturón es lo que es. Para ser honesto, no lo tomé como un título mundial, sino como un combate más que se ganó. El cinturón fue un añadido”. Estas palabras deberían suponer un aviso para que los organismos actúen con lógica, porque si no los boxeadores empezarán a ignorar las fajas mundiales.

Opetaia añadía más dosis de sinceridad a sus palabras: “No puedo controlar todo, solamente pelear con quien me ponen enfrente. Mi trabajo solamente es entrenar y ganar los combates. Sin embargo, sí que sé que lo que quiero son los grandes rivales, quiero unificar el título y eso es lo que ahora mismo estoy persiguiendo”.