Daniel Pi
@BastionBoxeo

No fueron pocos los aficionados británicos que llegaron a pensar que el campeón mundial IBF del peso supermedio James DeGale (23-1-1, 14 KO) no iba a retornar a los cuadriláteros por los efectos de una persistente lesión en el hombro derecho, que le afectó en su dura pelea de unificación en enero ante Badou Jack, que ha sido la causa de su inactividad durante todo el año y que motivó pesimistas afirmaciones en los medios de su país. Pues bien, de hecho ni el mismo DeGale estuvo seguro de su regreso, dado que su hombro tardó tres meses en mostrar mejoría alguna tras una operación, no pudiendo usar su brazo ni para las tareas cotidianas más básicas y llevándole a dudar sobre si alguna vez podría volver a boxear.

Con todo, DeGale finalmente consiguió restablecerse lentamente hasta que ahora, según afirma, su hombro está en las mejores condiciones, incluso superiores a cuando consiguió el cinturón mundial ante Andre Dirrell. Por ello, no sólo tiene la mira puesta en afianzar su reinado y en seguir acumulando defensas y bolsas sino que su objetivo es una unificación ante David Benavídez en la primera mitad de 2018. En cualquier caso, es evidente que más allá está la intención de pelear en el segundo semestre de esa misma temporada en un gran estadio ante Groves o Eubank Jr., quienes son considerados los principales candidatos a ganar en las World Boxing Super Series.

Antes de tan ambiciosos objetivos, DeGale disputará este sábado una pelea de recuperación y rodaje en el Copper Box Arena de Londres (Reino Unido), donde estrenará su condición de agente libre peleando en una velada organizada por el promotor Frank Warren. Su rival en esta cuarta defensa de su cetro será el estadounidense Caleb Truax (28-3-2, 18 KO), que es el adversario ideal por su experiencia y aptitudes para permitirle trabajar y recuperar la confianza sin poner verdaderamente en peligro su condición de campeón.

Aunque Truax es un boxeador bastante completo y fuerte, sus recursos son limitados, cosa que contrastará especialmente con un oro olímpico hábil y heterodoxo como James DeGale. Además, el valiente avance del aspirante, que posee claramente mejores cualidades ofensivas que defensivas, debería dar facilidades para los buenos y variados contragolpes del monarca, que es un gran púgil combatiendo sin iniciativa. Si como en el mayor combate de su carrera, el que disputó y perdió en una meritoria actuación ante Daniel Jacobs, Truax se muestra tenaz, logra acortar los espacios eventualmente y está preparado para aprovechar cualquier brecha podría igualar las acciones, superar las expectativas y mejorar considerablemente su afectada valoración. Y es que su derrota de abril de 2016 ante Anthony Dirrell en un solo asalto dinamitó su crédito y hay muchos que piensan que su encaje, tras la pelea ante Jacobs, ya no es el mismo.

Igualmente, en el primer mundial absoluto de su carrera, sin la presión de contentar al público local, con deseo de reivindicarse y enfrentándose a un boxeador sin duelos en once meses y que ha pasado por una grave lesión, Truax podría ofrecer al menos una entretenida y exigente contienda, si bien DeGale será abrumador favorito para lograr una amplia victoria a los puntos o incluso un tardío triunfo antes del límite.

En la ceremonia de pesaje ambos boxeadores cumplieron con su cometido, dando el campeón DeGale 76,200 kg, precisamente el límite del peso supermedio, y el aspirante Truax 75,700 kg, por lo que todo está listo para su contienda.

En cambio, en lo referente al respaldo del evento, en el cual el monarca IBF del peso pluma Lee Selby (25-1, 9 KO) debía exponer su corona ante Eduardo Ramírez (20-0-3, 7 KO), finalmente, aunque la pelea se disputará, el aspirante no podrá optar al título ni el monarca perderlo. Además de su esperpéntica desaparición y su no comparecencia en la conferencia de prensa, el mexicano plasmó su falta de profesionalidad dando en la báscula 58,200 kg, un kilogramo por encima del límite del peso pluma (57,200 kg), mientras que Selby paró la romana en 56,600 kg. Así, un olvidable año 2017 para el británico terminará casi tan mal como comenzó, pero dará paso a un 2018 en que podría combatir contra Josh Warrington, Carl Frampton o Scott Quig.