Daniel Pi
@BastionBoxeo

La categoría del peso superligero está pasando actualmente por un momento de enorme actividad e interés creciente, dado que, después de que Terence Crawford aunase y dejase vacantes los cuatro títulos de la división, se ha abierto la puerta para poder aspirar a la corona mundial, al número 1 y al consecuente estrellato. Todo ello coincide casualmente con el hecho de que varios de los púgiles más prometedores de la categoría han concluido sus procesos de desarrollo como profesionales y están listos para poner a prueba sus habilidades al máximo nivel.

Con este ambiente en la división, y una semana después de la coronación de Mikey García como titular IBF y de Kiryl Relikh como monarca WBA, le llega el turno de buscar un nuevo dueño al cetro vacante WBC, por el cual combatirán este sábado en el Madison Square Garden de Nueva York (Estados Unidos) los coaspirantes José Carlos Ramírez (21-0, 16 KO) y Amir Imam (21-1, 18 KO), siendo el primero evidente favorito y el segundo un inesperado invitado a este campeonato.

Pasando por alto que a la espera de acceder a la corona mundial estaban los fenomenales Regis Prograis y Josh Taylor, la designación de Amir Imam como coaspirante no pudo resultar más sorprendente, puesto que dicho boxeador no ha hecho ni el más mínimo mérito reciente para lograr tal premio. De hecho, desde que fue batido por nocaut técnico por el aguerrido pero limitado técnicamente Adrián Granados en noviembre de 2015, Imam sólo ha sumado tres triunfos, dos de ellos ante boxeadores modestísimos (que contaban con el siguiente récord reciente: 3-18 y 3-23) y el restante ante una mera piedra de toque como Johnny García, con el récord 0-5-1 en sus últimos seis combates.

Por ello, si bien algunos creen que Imam salió fortalecido de su tropiezo ante Granados y que podrá dar la sorpresa este sábado, son más numerosos los que consideran que los oponentes asequibles que ha tenido durante 2016 y 2017 reflejan la pérdida de fe en su trayectoria por parte de quienes la dirigen y el intento por maquillar sus números sin poner en riesgo su posición, especialmente al pretender con un choque contra García, que ha sido el único adversario que ha derribado a Ramírez, mostrar posibilidades en este mundial.

Obviamente, resulta muy poco apropiado sustentar las opciones de Imam en el mencionado triunfo, menos aún teniendo en cuenta que, a pesar de la caída, Ramírez dominó el encuentro ante García y desde entonces (diciembre de 2015), ha logrado cinco victorias, de las cuales una llegó ante el experimentado Manuel Pérez y otra, en su última subida a un ring, ante el hábil e invicto estadounidense Mike Reed, al que arrolló en dos asaltos. Con todo, aunque ha dejado una mejor imagen ante contrincantes mucho más complicados, es posible argumentar aun así que dichos éxitos de Ramírez tampoco le hacen merecedor de un campeonato mundial.

De todas formas, el superior rendimiento de Ramírez, prospecto de Top Rank, hace que sea de esperar su victoria, que debería llegar imponiendo su elevado ritmo combativo ante un Imam insuficientemente dinámico, con un estilo demasiado pausado y que una vez que es llevado a la distancia corta se ve sobrepasado. Pese a todo ello, y si bien es previsible que Ramírez acorte los espacios con insistencia e intente desarbolar a su contrincante con sus rápidas combinaciones y su fenomenal mano adelantada, que usa a la perfección aislada o repitiéndola con golpes curvos, deberá ir con muchísimo cuidado con la potente mano derecha de Imam, que es un gran contragolpeador y podría aprovechar su potente pegada con críticos resultados al beneficiarse del exceso de afán ofensivo de su rival.

En la ceremonia de pesaje ambos boxeadores se mantuvieron por debajo del límite de 63,5 kg, dando Ramírez 63,000 kg e Imam 63,200 kg.

Gvozdyk en busca de Stevenson
En el respaldo de este combate, el sensacional bronce olímpico Oleksandr Gvozdyk (14-0, 12 KO) tratará de convertirse en aspirante oficial WBC del peso semipesado derrotando al excampeón de Europa Mehdi Amar (34-5-2, 16 KO), llevándose el ganador un provisional título interino que obligará al vencedor del campeonato Stevenson-Jack a medirse a él. Dado que muchos creen ver en Gvozdyk una gran figura en construcción del boxeo ucraniano que en un tiempo incluso podría rivalizar con Lomachenko y Usyk en acumulación de alabanzas, resulta inevitable la condición de favorito de éste, tanto que se prevé su triunfo sobre el competente Amar antes del límite y brillando esplendorosamente.

Con un idéntico 78,900 kg, que no sobrepasa el límite del peso semipesado (79,400 kg), los dos púgiles superaron el paso por la romana sin dificultades y ya están listos para combatir.