Manel Berdonce
Parece que lo estoy viendo, corría el año 2002 cuando entró por la puerta del gimnasio del C.A.R. de Madrid, centro donde se entrena la gran mayoría de modalidades deportivas, y allí se encuentra la Selección Española de Boxeo.
Entonces, José Antonio Del Río tenía 17 años, y era un boxeador junior. Entró por la puerta y fue a saludarme y me dijo con mucho desparpajo: “Sr. Berdonce, ya me han contado que le gustan mucho Los Chichos, a mí también.” Sabía que era de las Islas Baleares, más concretamente de Mallorca, pero podía haber pasado por un madrileño castizo del barrio de Tetuán, Ventas o Chamberí.
Daban en el reloj las 8 de la mañana, se inició la formación del equipo nacional y la costumbre era pasar lista y dar las novedades y explicaciones del entrenamiento diario. En aquel entonces dirigía el equipo nacional el Sr. Manuel Pombo del Amo “El Dandy de Ventas”, hermano, amigo y compañero. Al llegar el turno de José del Río, él mismo se autopresentó, y dijo su nombre y que venía de Mallorca para ser el mejor boxeador de España y si podía del mundo, terminando con tremenda carcajada como en él es habitual. El Sr. Pombo y yo nos miramos y dijimos con la mirada ¡bien!, porque a mí siempre me gustaron los boxeadores con personalidad y Del Río demostró tenerla. Comenzó el entrenamiento, y nos sorprendió la perfecta posición de guardia de este boxeador zurdo, los desplazamientos, el orden y sentido que le daba a las acciones de boxeo, todo en categoría para la corta edad y el poco bagaje en el mundo del pugilismo.
Estuvo en el equipo nacional desde el año 2002 hasta 2006, realizando 110 combates, consiguiendo cinco campeonatos de España entre junior y senior, medallas internacionales, participando en competiciones muy importantes como el campeonato del mundo junior. Siempre mostrando valentía, buena asimilación de los planteamientos tácticos, nunca desentonó independientemente del resultado, con buena predisposición y hombría. Teniéndolo todo en contra: idioma, alimentación, clima, etc, nunca le importó el escudo, ni la camiseta que tenía en frente, pues siempre salía a buscar la victoria.
Casi el 80% de los boxeadores españoles que están triunfando en la actualidad, han pasado por mis maltrechas manos y de todos y cada uno de ellos aprendí algo, ninguno me dejó indiferente, pues a todos los llevo en el corazón, “a mis caballeros legionarios”. Cada vez que veo que alguno va a boxear un campeonato importante me vienen muchos recuerdos, y algo de mí está en ellos.
José Antonio Del Río, un gracioso con gracia. Siempre se está riendo. Con un apodo de “El Niño”, pero que se hizo hombre muy pronto. No hay que olvidar que “hay niños que nunca serán hombres y hombres que nunca fueron niños”.
El sábado día 11, tendrá a otro tipo duro y gran boxeador como es Kerman Lejarraga, y estoy convencido de que sea cuál fuere el resultado saldrá a buscar la victoria, otra vez con todo en contra, otra vez frente a la adversidad, pero con su técnica, valentía y buenos fundamentos de boxeo. ¡“El Niño” volverá a comportarse como un hombre!