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Redacción Espabox
El neozelandés Joseph Parker (36-3, 24 KO) venció a Martin Bakole (21-2, 16 KO) en el segundo asalto, para mantenerse como alternativa al reinado de Oleksandr Usyk en el peso pesado. El congoleño salió solo al cuadrilátero en Riad (Arabia Saudí), una imagen que refleja su decisión personal de aceptar enfrentarse a uno de los mejores pesos pesados del mundo sin pisar el gimnasio.
El único entrenamiento que pudo hacer Martin Bakole fue la carrera para coger el avión. La baja de Daniel Dubois fue suplida por el africano, que venía de derrotar a Jarred Anderson en su última pelea. Con su victoria sobre el estadounidense, Bakole demostró ser uno de los tapados de la categoría. Por menos de un millón de euros, según las cifras publicadas por la prensa británica, Bakole se calzó los guantes con la triple D de Dubois.
A Martin Bakole no le dio tiempo a subirse a la báscula a tiempo, algo reducido a un mero trámite en el peso pesado. Su físico hablaba por sí mismo. Transformado en una especie de Butterbean negro, Bakole se plantó como un boxeador de otra época ante el dinamismo de Parker, que coordinó a la perfección su mano izquierda con sus piernas.
El excampeón mundial lució todo lo bien que le permitió un rival cargado de peligro (y de grasa). En el segundo asalto, cuando el congoleño se animaba a pasar al ataque, una derecha volada a la cabeza aflojó las piernas de Bakole, que se fue a la lona. El árbitro no quiso asumir ningún riesgo y dio por terminada la pelea.
Con su arriesgada apuesta en la que pensó tener mucho que ganar gracias a su pegada, Bakole evidenció que los gimnasios están para algo más que para hacerse fotos. En los cinco minutos de combate, Parker consiguió una victoria que le deja con la duda de si esta noche hubiese conquistado la corona mundial IBF del peso pesado de no haber enfermado Daniel Dubois.