Daniel Pi
@BastionBoxeo
Tras un primer vistazo el combate no puede pintar mejor. Un enorme estadio repleto con 80.000 gargantas apoyando al ídolo local, una puesta en escena perfecta con un espectacular juego de luces, un país paralizado por el boxeo, un buen respaldo y, lo que es más importante, dos invictos púgiles combatiendo en una unificación de coronas del peso pesado. Por ello, muchos medios británicos, pero también estadounidenses, no dejan de hablar del enfrentamiento entre Anthony Joshua y Joseph Parker como si fuese un duelo de proporciones históricas, un hito en el peso pesado. Con todo, si pasamos desde un nivel de análisis superficial hasta evaluar de forma realista esta pugna, sobre el papel, y deportivamente hablando, no tiene la talla para merecer los desmedidos elogios que está recibiendo.
De entrada, es obvio que sería sumamente injusto equiparar este choque de monarcas del peso máximo con enfrentamientos pasados de este mismo tipo, siendo improcedente comparar al Joshua-Parker con los combates de unificación entre Ali y Foreman, entre Foreman y Frazier y entre Lewis y Holyfield, por citar unos pocos. Pero mostrar el absurdo que esto supone representa una necesidad teniendo en cuenta que la prensa anglosajona está poniendo al nivel de estos míticos cruces el enfrentamiento que se producirá este sábado en el Principality Stadium de Cardiff (Reino Unido), algo realmente ridículo.
Dejando de lado el hecho de que incluso antes de su debut profesional Anthony Joshua ha sido idealizado por sus seguidores, el principal motivo por el que este combate no puede equipararse a grandes encuentros del pasado de la categoría es que el campeón WBO Joseph Parker está teniendo un rendimiento realmente espantoso.
Haciendo un rápido recorrido por su carrera reciente podremos comprobar que la sobrevaloración que Parker está experimentado de cara a esta pugna es enorme. Sin haberse enfrentado ni siquiera a un boxeador próximo al nivel del top 15, el neozelandés accedió a una eliminatoria final IBF que venció por la mínima y en la que fue puesto en repetidos y serios apuros por Carlos Takam, al que Joshua dominó sin demasiadas dificultades. Posteriormente, su coronación se produjo de forma polémica ante un Andy Ruiz siempre con problemas de peso e incapaz de mantener su ritmo, campeonato del cual el respetado analista boxístico Thomas Hauser, nominado al premio Pulitzer por su biografía de Muhammad Ali, dijo: “Llamar a esto campeonato mundial es una vergüenza para el deporte”.
Pese a estos nefastos precedentes todavía queda la peor parte por relatar de la trayectoria de Parker, sus dos últimos combates. El que disputó ante Razvan Cojanu ha sido calificado como una sesión de sparring con venta de entradas, puesto que el tosco rumano ha sido compañero de entrenamiento de Parker muchas veces. De todos modos, es injusto comparar una buena sesión de sparring con este campeonato esperpéntico, tedioso, lleno de agarres, de golpes mal ejecutados y por momentos carente de seriedad que provocó las burlas de aspirantes destacados en la categoría. Finalmente, llegamos al combate que disputó ante su aspirante obligatorio Hughie Fury, una actuación realmente horrenda por parte de Parker, que tuvo increíbles problemas para anotar sus manos ante un rival muy elusivo, logrando aun así el campeón dos desproporcionadas cartulinas de 118-110 que no se corresponden con su acierto ofensivo. Parker anotó en dicho encuentro 28 jabs de casi 200 lanzados.
Los seguidores de Parker, su equipo y la prensa de su país han encontrado una miríada de excusas para estas malas actuaciones: el estilo de Fury no encajaba con el suyo, el gigante Cojanu fue un sustituto de última hora, subestimó a Takam y un largo etcétera, destacando en el camino hacia el combate de este sábado una supuesta lesión de codo, nunca hecha pública, que requirió una cirugía que extrañamente sólo se notificó en las conferencias de prensa previas a esta unificación. Sea como sea, y si bien se asegura que es mucho más contundente tras su operación, el caso es que habiendo tenido mayúsculas dificultades ante los oponentes mencionados, las posibilidades de Parker ante el número 1 de la división, un noqueador con grandes fundamentos técnicos, son casi inexistentes aunque se intenten aumentar para no desmerecer a Joshua y expandir su crédito de cara a un enfrentamiento contra Wilder, cruce al que ambos parecen estar destinados.
Para nada Joshua se libra de las críticas, siendo evidente que su exceso de musculatura se cobra un precio muy grande en su resistencia física, cosa que se pudo ver ante Klitschko pero también ante Takam. Aun así, entrando a este combate más ligero y acercándose cada día más al punto culminante de su rendimiento, Joshua será abrumador favorito para los expertos y para casi la totalidad de los aficionados, siendo ilustrativo que se paguen sólo 30 céntimos por euro apostado por su victoria antes del límite.
Dicho esto, probablemente el enfrentamiento será sobre el ring, gracias a los factores intangibles, más entretenido de lo que pueda sugerir la teoría, puesto que, ante el mayor combate de su carrera, Parker se habrá preparado convenientemente y se mostrará muy tenaz. Además, el titular WBO, para la media del peso pesado, tiene cierta velocidad de manos, especialmente con su puño adelantado, y tiene un juego de piernas suficientemente bueno para abrir el ring y tratar de plantear una pelea algo compleja al contragolpe.
Con todo, y aunque algunos creen que, apoyándose en su encaje y en los problemas de resistencia física de su adversario, Parker llegará al tramo final del combate provocando dificultades al monarca WBA e IBF, es de esperar que Joshua pueda hostigarlo con sus potentes, explosivos y precisos ataques, especialmente al aprovechar la guardia excesivamente abierta y caída que el visitante tiende a portar, sus constantes errores defensivos y sus dificultades bajo presión. Así, aunque se dice que en el peso pesado todo puede pasar y una mano lo cambia todo, el triunfo de Joshua resulta muy previsible, por lo que de no lograr batir de manera solvente al impreciso y desacertado Parker quizás se haga una recalibración de las cualidades y de la proyección como monarca del oro olímpico británico.
En su paso por la báscula Joshua marcó 109,9 kg, la cifra más baja que ha dado desde el año 2014. Por su parte, Parker paró la romana en 107,3 kg, cuatro kilogramos más ligero que en sus duelos ante Hughie Fury, Cojanu y Ruiz.