A finales de los años ochenta, Don King contaba con dos máquinas de generar billetes. En el peso pesado, King controlaba a Mike Tyson, al mismo tiempo que dirigía a la gran estrella hispana del momento, Julio César Chávez.

Tyson ganó decenas de millones de dólares antes de entrar en prisión en 1992, tras ser declarado culpable de violación. A su entrada en prisión, la economía de Tyson estaba resentida, pero encontró un apoyó inesperado.

Más de tres décadas después, Chávez ha revelado cómo ayudó a su compañero de promotora. El mexicano compró dos coches al excampeón de los pesados por 250.000 dólares.

Los coches eran un Ferrari y un Rolls Royce, que tenían un precio de mercado más elevado, lo que ayudó a Tyson. Chávez y Tyson conservan una buena relación de amistad entre ellos, no así con Don King.