La irlandesa Katie Taylor (24-1, 6 KO) retuvo sus cuatro cinturones del peso superligero en la revancha ante la portorriqueña Amanda Serrano (47-3-1, 31 KO), celebrada anoche en el AT&T Stadium de Arlington (EE. UU.) ante más de 72.000 espectadores. La victoria fue como la anterior, polémica y por puntos, esta vez en decisión unánime de los jueces. Los tres puntuaron 95-94 para Taylor.

Serrano salió muy agresiva desde el principio y Taylor prefirió mantenerse atrás a buscar sus oportunidades. Taylor fue de menos a más y sacó muchos golpes a la contra con extremada rapidez, cuya precisión pudo influir en la decisión de los jueces. Serrano tuvo un corte en la ceja derecha por un cabezazo fortuito, que la hizo pelear con continua sangre en el rostro, aunque mantuvo su presión y buen boxeo a lo largo de los diez asaltos. En el octavo asalto, el árbitro quitó un punto a Taylor por mover la cabeza peligrosamente.
Combate cerrado como el anterior, pero espectacular, con ritmo y continua acción. No habría que descartar una tercera contienda entre ambas.

Y en el combate estelar, que se anunciaba como oficial de boxeo de peso pesado, Jake “El Gallo” Paul (11-1, 7 KO) se impuso por decisión unánime en ocho asaltos a la leyenda del ring de 58 años “Iron” Mike Tyson (50-7, 44 KO). Las puntuaciones de los jueces tras los asaltos de dos minutos disputados fueron de 80-72, 79-73 y 79-73 para Paul. Con guantes de 14 onzas pudimos ver un entrenamiento entre ambos, con un Mike Tyson lastrado por su edad y sus lesiones, y Jake Paul con el freno de mano echado haciendo lo justo para ganar. Un gran negocio que causó enorme expectación, pero al margen del ámbito deportivo.