Darío Pérez
@ringsider2020
En el Ryogoku Kokugikan, templo del sumo en Tokio, este sábado se están celebrando tres títulos mundiales dentro de una gala organizada por Teiken Promotions.
El vacante título mundial WBO supermosca abrió la trilogía de campeonatos y no hubo sorpresa. El local Kosei Tanaka (20-1, 11 KO) se ha impuesto al mexicano Christian Bacasegua (22-5-2, 9 KO). Tanaka ha hecho historia en casa coronándose (siempre por medio de la WBO) campeón del mundo de los pesos mínimo, minimosca, mosca y supermosca. Es el tetracampeón del mundo que lo ha logrado en menos combates profesionales y lo ha hecho con el bonito boxeo que le caracteriza.
Sin embargo, no le ha sido fácil por todo lo que ha enmarañado la pelea su rival. Bacasegua ha demostrado ser un púgil duro, resistente, no carente de cierto peligro y bastante amigo del boxeo subterráneo, recordando a Josh Warrington por momentos. Mientras le duraron las fuerzas, trabajó con cierto éxito en los primeros rounds aun mostrando poca movilidad de tronco y entrando siempre con la cabeza, con Bence Kovacs alejado de hacer bien su trabajo. Eso provocó un choque que le cortó en el rostro al propio americano en el quinto asalto, al alimón del cansancio que se apoderaba de él.
Tanaka fue a más y Bacasegua, a menos. Contó sin embargo el visitante con un árbitro absolutamente inmóvil que le permitió los citados cabezazos y, sobre todo, agarres constantes y empujones para acortar la distancia. El nipón, astuto, fue trabajando al cuerpo y buscaba de vez en cuando el rostro, lo que acabó con Bacasegua visitando la lona (cogido al rival, cómo no) en el octavo asalto. Parecía que Tanaka podría acabar el combate, pero entre el cansancio y la falta de riesgo, para asegurar el triunfo, de uno y la tremenda resistencia del otro, llegamos a las puntuaciones. Estas fueron 116-111, muy generosa con el visitante, 117-110 y 119-109.