Fernando Rodríguez
Siempre la misma pregunta. – ¿por qué te gusta el boxeo?- – Te pones en forma, ¿verdad?
Me gusta el Boxeo porque aquí no importa de dónde vengas o lo que hayas conseguido a lo largo y ancho de tu vida, ni cómo lo conseguiste. Porque aquí solo estaremos tú y yo, y lo que sepamos hacer con nuestras manos. No un rico y un pobre. No un negro y un blanco. No un desgraciado y un afortunado. No un trabajador y un parado.
Me gusta el Boxeo porque es esta tu mayor oportunidad para expresarte. Cuando te pones esos guantes, es el momento de ser una persona que a lo mejor no conocías. No el amigo, el novio, el marido, el hijo, el trabajador…ninguno estará ahí arriba. Ahí arriba estarás tú. Es el momento de ver si crees en ti, y en lo que haces. Porque son 3 minutos que demuestran quién realmente eres, y si tienes lo que hay que tener para defenderlo. Y cuando ese tiempo acabe: respira bien chico, que en un minuto volvemos.
-¿Pero no te dan hostias?- Sí, muchas. Pero más hostias me da la vida. Y el Boxeo me enseña a responderlas. ¿Sabes? Muchas veces en el Boxeo se pierde, como en la vida. Pero el Boxeo te enseña que siempre hay segundas oportunidades. A levantarte cuando estás abajo y pelear por lo que quieres. Y si hay que morir, que sea luchando por ello.
-Eso de dar al saco tiene que ‘molar’-. Sí, ‘mola’. Sobre todo cuando, cada vez que le pegas al saco, golpeas con rabia a tu pasado. A tus errores. A tus tonterías. A tu cobardía. Al debí hacer y no hice. Y le pegas. Y le pegas duro. ¡Un, dos, gancho! ¡Otra vez! Y tus cargas se hacen más livianas.
-¿Y se tarda mucho en aprender?- Si quieres preguntarme si es fácil, la respuesta sería ¿Acaso algo lo es? ¿Fue fácil decir ‘Me voy’ cuando hubo que hacerlo? ¿Y decir basta? ¿O salir adelante? No lo fue, y sin embargo lo hiciste. Tú sólo, como aquí. Sólo que aquí eso se hace peleando: Dices ‘me voy’ esquivando; dices ‘basta’ respondiendo y sales adelante atacando.
Y después de todo esto es cuando de verdad aprendes a hacerlo. Y otro aprende lo mismo en otro lugar del mundo. Y entonces lo que nos separa no tiene sentido. Porque somos capaces de hacer lo mismo. Seamos del sexo, raza o color de piel que seamos.
Pero si después de todo esto que te he dicho desde lo más profundo de mí, sigues necesitando una respuesta a tu dichosa pregunta para probarlo, quédate tranquilo: También me gusta porque te pones en forma.