José Manuel Moreno
@josemorenoco

El estadounidense Terence Crawford revalidó su título mundial del peso ligero de la WBO tras vencer este sábado al cubano Yuriorkis Gamboa por KOT en el 9º asalto. Crawford no estuvo solo, contó con el respaldo de 10.943 enfebrecidos fans que colmaron el CenturyLink Center de Omaha, ciudad natal del estadounidense, que no pararon de animarle durante toda la pelea. Los primeros rounds nos mostraron una exhibición de un «artista» como es el cubano, rapidísimo de pies y manos, que desconcertaba a su rival con su guardia baja y su continua movilidad. En el cuarto asalto, y como acostumbra en sus combates, Crawfod tomó una decisión a la postre decisiva en el devenir de la contienda. Cambió a guardia zurda y esto desconcertó enormemente a Gamboa. Además, Gamboa se equivocó claramente de estrategia: decidió ir a la guerra ante alguien más grande y de mayor pegada, y esa fue su perdición. Gamboa seguía moviéndose de forma extraordinaria. No sabe boxear mal este excampeón olímpico.

Pero en los intercambios, el «Cazador» de Omaha, lanzado por su gente, hacía muchísimo daño al caribeño. Una izquierda de Crawford en el quinto episodio no solo tiró a Gamboa, sino que fue el principio del fin para el «Ciclón de Guantámano». Acabó el asalto salvado por la campana. Gamboa, sin embargo, demostró casta y bravura, y se anotó los dos siguientes asaltos. Pero en el octavo tocó brevemente la lona, tras dura derecha del estadounidense. Siguió yendo al frente el cubano, pero cada golpe de Crawford valía por tres del caribeño, un peso pluma natural. Y en el noveno, en plena batalla de «palos» la sensación es que aquello iba a acabar como acabó. Con el cubano visitando la lona de nuevo al principio del round por otra tremenda izquierda que le dejó «groggy». Un uppercut de derecha precipitó los acontecimientos y el árbitro Genaro Rodríguez decretó el KOT favorable a «Bud» Crawford faltando siete segundos para el final de este noveno asalto. El delirio de sus vecinos de Omaha fue total.

Cuarenta y dos años después, un campeonato del mundo había vuelto a esa ciudad, la más poblada del estado de Nebraska, y si en aquella ocasión Joe Frazier propinó una paliza a Ron Stander, vecino de Omaka, esta vez Crawford se tomó la revancha para su ciudad, demostró ser mucho más fuerte e inteligente, y propinó un severo correctivo a Gamboa. Este es mejor técnicamente, da gusto verle moverse en un ring, por él merece la pena pagar una entrada. Pero la pegada de Crawford, que subirá de peso de inmediato, fue definitiva, como casi siempre en el boxeo. Según las estadísticas de CompuBox, Crawford conectó 146 de 348 golpes (42 por ciento) mientras que Gamboa conectó 82 de 345 (24 por ciento).

«Éramos dos guerreros en el ring y él ganó. El árbitro tomó la decisión de que yo no estaba bien y la vamos a respetar, pero creo que podía seguir» dijo resignadamente Yuriorkis Gamboa tras el combate, mientras un exultante Terence Crawfod clamaba que «en la esquina me dijeron que subiera las manos y le diera los golpes cuando él estaba entrando y fue lo que hicimos. Estoy muy contento con la victoria. Creo que eso es lo que estaban esperando todos estos fans de mí desde que me hice profesional».
Primera derrota de Gamboa (23-1, 16 KO) y el «Cazador» de Omaha amplía su récord a un 24-0 (17 KO) que le hará temible en el peso superligero. Crawford no es Pernell Whitaker, pero tiene muchas cualidades, que bien pulidas, pueden hacer de él un temible boxeador. Gamboa puede dar buena cuenta de ello.