
El pasado fin de semana ha dicho adiós uno de los grandes boxeadores de la pasada década, el ruso Sergey Kovalev. Lo hizo a sus 42 años y encima del cuadrilátero, con una última victoria para despedirse de su afición, dentro de una gala organizada en la ciudad Cheliabinsk, ya cerca de la frontera con Kazajistán.
Kovalev, que abandona el boxeo con un récord de 36-5-1 (siendo ese empate realmente un nulo técnico, sin resultado), habiendo conseguido treinta de sus triunfos antes del límite, se impuso al germano de origen kazajo Artur Mann (22-5, 12 KO). El excampeón empezó fuerte, con un derribo temprano a su rival en el segundo round que este superó a duras penas, pero «Krusher» no lo pudo finalizar y fue moderando su ofensiva, siempre con la contienda bajo absoluto control. El trabajo dio sus frutos con el paso de los rounds, y logró abatir a Mann en el séptimo con una bonita combinación que recordó al mejor Kovalev, aunque con una velocidad ya lejos de aquel vendaval. El teutón se levantaba, aunque muy quebrantado y con una ceja manando sangre, pero su equina cumplió con su rol de protegerlo y decidió que ya había sido excesivo castigo, solicitando el abandono. Ahí terminarían las hostilidades, despidiendo una gran carrera con el anecdótico título IBA de turno, al que no hay que dar mayor importancia para no confundir al lector.

Como señalamos, Kovalev se retira del boxeo profesional con 42 años recién cumplidos y una excelente trayectoria. Ya como amateur fue campeón ruso, pese a la feroz competencia que allí había, y pasó a profesional en 2009, haciendo su carrera desde el inicio en Estados Unidos y con nueve triunfos consecutivos en los asaltos iniciales. Su primer título mundial fue el WBO semipesado, categoría donde estuvo en toda su etapa de esplendor, en 2013, cinto que defendía varias veces con éxito hasta unificarlo con el de la IBF y WBA. Sin embargo, los perdería con dos derrotas en 2017 y 2018 frente a Andre Ward, no sin polémica. A partir de ese momento, aunque pudo conseguir de nuevo el mundial WBO en periodos intermitentes, su currículum es más irregular, viendo escapar el cinturón definitivamente en 2019 contra Saúl «Canelo» Álvarez.

El episodio más triste de su carrera fue el fallecimiento de su rival Roman Simakov en 2011, que murió en el hospital tras haber perdido antes del límite con Kovalev. Respecto a sus enfrentamientos con españoles, se midió al excampeón mundial Gabriel Campillo en 2013, noqueándole en tres asaltos tras varios derribos.