Rafa Martín
Voy a intentar hacer un ejercicio donde miraremos el boxeo nacional con optimismo y pesimismo a la vez, luego que cada uno se quede con la parte que le interese.
Empezaremos por los boxeadores, llevamos décadas dependiendo de una figura, no es malo cuando es el caso de Poli que aglutinaba a toda la sociedad, pero en el caso de Kiko de Castillejo o Campillo nos damos cuentas de que sus seguidores son limitados y tendría que por lo menos haber 3 o 4 en ese nivel y a la vez (cuando digo nivel me refiero a campeón del mundo o de Europa). La realidad es que sufrimos de un mal “generacional”, es decir no hay una continuidad, tenemos en los ranking nacionales ilustres veteranos que no tienen a nadie detrás, e ilustres noveles, que cuando llegan arriba no tienen a nadie detrás, este es un problema que hace que no podamos “disfrutar” de 4 o 5 defensas de nivel y exitosas por parte de los campeones nacionales.
Tendría que haber un trabajo de todos que hiciera que en cada peso hubiera en activo 6 o 7 púgiles de nivel más o menos equivalente, y que estos se pudieran enfrentar a lo largo de la geografía nacional. Esto subiría el nivel de interés por el boxeo español.
Por ese lado parece ser que vamos mejorando, muchos boxeadores han dado el salto a profesional con una edad mucho más acorde con lo que tiene que ser una carrera profesional, porque cuando un chico pasa con 28 años, si nos tomamos un año para que haga el nacional, otro para el europeo, y de ahí presentarse a nivel mundial nos encontramos con púgiles de 30 años sin derecho al error, más cerca de su fin que de su principio.
Cuando un chaval pasa con unos 22 años tenemos un tiempo de trabajo, sin necesidad de quemar etapas y una o dos derrotas no tienen por qué ni suponer alarmas ni un tiempo perdido, creo que las últimas incorporaciones van en este sentido y ojala en dos o tres años tengamos grandes enfrentamientos por el título de España y con aspirantes que pongan la miel en los labios del aficionado.
Por otro lado, los promotores. Aquí lo primero es que no hay promotores, son entrenadores que hacen función de mánager promotor (y si me apuráis de padre y madre).
Los hay pequeños que trabajan en pueblos pequeños y el montar una velada les sale relativamente barato (apoyo de ayuntamientos, de la carnicería y bar del pueblo etc…) pero el público es limitado y lo que se pueda cobrar de entrada también, así que una vez llevado ese chico a dos o tres combates profesionales, cuesta un huevo moverlo y organizar más porque un pueblo pequeño de 5 000 habitantes no da para montar una velada cada mes y la afición se cansa de ver a su “ídolo”, que además muchas veces no está acompañado por más chicos de su club y hay que traer todo de fuera. En cuanto se disparan gastos y los ingresos no responden, el promotor se amedrenta.
Por otro lado los promotores “gordos”, y ahí podemos meter a Atocha, Gallego Prada en unión del KO Verdun, Celaya con Euskobox y Maravilla últimamente, sin olvidarnos de los promotores canarios(a estos habría que dejarlos en medio porque ni son grandes ni pequeños, y al montar pueden recibir más ayudas pero también cualquier continuidad les cuesta un riñón en viajes). Llevan años luchando para que el boxeo profesional no desparezca, han hecho cosas buenas y malas, pero no se les puede negar el tesón, tienen que trabajar con mil ojos pues a la que pones una pelea de rodaje “se te tiran al cuello”, el aficionado quiere peleas de primer orden (lo entiendo) veladas de primer nivel, pero lo que el aficionado no sabe es que organizar eso cuesta dinero y mucho.
Una velada como el Blood for Blood de Barcelona se fue de las manos, solamente la infraestructura costaba cerca de 25.000 €, a eso añade bolsas (que para rivales de primer nivel son elevadas), árbitros, médico, tasas etc. Todo ello hizo que el evento fuera deficitario y por lo que sé de Madrid, tres cuartos de lo mismo, de Bilbao por un estilo, o si ganaron no les dio para un jet privado. Aparte del dinero perdido, a eso hay que añadir el trabajo, entreno de los boxeadores, llamadas telefónicas, contratiempos etc., con lo cual son dos meses de trabajo gratis. Aún y así, el público responde un poco mejor cada vez, pero ¿cuánto tiempo se podrán asumir esas pérdidas?
Si se sigue por esta senda esas veladas empiezan a dar beneficios, los cuatro locos que seguimos invirtiendo nos animaremos y podremos traer peleas de interés y títulos importantes, si eso sucede es posible que alguna tele se anime… pero como tiremos la toalla, toda esta gente que ahora está subiendo, habrá que exportarla y todos sabemos lo que es boxear fuera y evidentemente nuestro nivel bajaría en picado volviendo a los años 80.
Como veis, el boxeo esta por lo que a mí parece, soltando el lastre de los últimos años, reapareciendo y creándose un FUTURO, pero en este intermedio es cuando está más débil y es cuando necesitamos el apoyo de la afición (a la que tanto machaco y critico).
Me gustaría que la velada de Atocha fuera un éxito, que las próximas en Barcelona fueran a más, que Euskobox siguiera esa línea de trabajo, que Maravilla hiciera más y el resto con su gran labor, sinceramente creo que este año puede ser decisivo para el boxeo nacional para bien o para mal, creo que hay 3 o 4 veladas de “nombre “ por hacer, chavales por seguir y veladitas que seguir, si el público responde, los promotores se animan, si hay más veladas porque hay más público, creo que llegara la tele y si esto sucede puede ser un estímulo para acabar de resucitar. Y si no, pues hasta donde aguanten los promotores y luego ya veremos…