José Manuel Moreno
@josemorenoco
Muchos ojos estarán pendientes en la noche de mañana sábado en el StubHub de Carson, California, de lo que ocurra en el esperado combate entre Nonito Donaire y Nicholas Walters. El pasado y el futuro. Pero quien lo estará con más interés no es otro que el ucraniano Vasyl Lomachenko (2-1, 1 KO). Este último, doble campeón olímpico, se adjudicó en tiempo récord un campeonato del mundo profesional, nada menos que en su tercera pelea. Venció por justa decisión mayoritaria al norteamericano Gary Russel Jr.en junio pasado. Lomachenko ya vela armas para la primera defensa de su corona del peso pluma de la WBO. El próximo 22 de noviembre se medirá en Macao (China) al tailandés Chonlatarn Piriyapinyo (52-1, 33 KO), boxeador de excelente palmarés en sus once años de profesional (tiene 31 años) aunque poco conocido a nivel internacional. Pues bien, si supera como es de prever este examen, el viejo Bob Arum ya le tiene puestos los «deberes» al ucraniano.
Y esos no son otros que enfrentarse al vencedor de la pelea de mañana Donaire-Walters con la corona WBA en juego. Por tanto, se unificarían coronas y títulos, una de las asignaturas pendientes por parte de los cuatro grandes organismos internacionales. Donaire no pone inconvenientes, pero antes tiene una misión: «estoy dispuesto a pelear con quien sea, Lomachenko incluido, pero antes quiero la revancha con Rigondeaux para demostrar que soy mejor que él y que sigo estando en mi mejor momento». Bob Arum quiere que esa hipotética pelea Lomachenko (si vence al tailandés)-Donaire (Walters) sea retransmitida por HBO pero si no llega a un acuerdo con la famosa televisión de pago americana, estaría dispuesto a llevarse el combate a Macao.