Daniel Pi
@Bastionboxeo
La actuación ofrecida por el ucraniano Vasyl Lomachenko (8-1, 6 KO) en el duelo estelar de la velada disputada en el MGM National Harbor de Oxon Hill (Estados Unidos), estuvo nuevamente muy cercana a la perfección, anulando cualquier esfuerzo del voluntarioso Jason Sosa (20-2-4, 15 KO) hasta que éste, en el descanso entre el noveno y el décimo episodio, estando muy desgastado y teniendo su ojo izquierdo en evidente mal estado, tuvo que abandonar.
El enfrentamiento fue de menos a más, estando inicialmente dominado de todos modos por Lomachenko aunque con acciones escogidas, como directos al cuerpo combinados con uppercuts y precisos jabs, que alcanzaron a un Sosa que intentaba presionar pero no lo conseguía. El total control de la distancia del ucraniano y su completa movilidad hicieron que Sosa malgastase sus fuerzas tirando combinaciones de hooks que en gran medida acabaron golpeando el aire, realizando el campeón plásticas esquivas de cintura, agachándose o deslizándose hacia los ángulos.
Desde el tercer asalto la velocidad de Lomachenko estaba empezando a desbordar de forma todavía más clara a su oponente, aunque fue después de un intento de reacción de Sosa en el cuarto episodio cuando “Hi-Tech” explotó todavía más su boxeo. Repitiendo su mano izquierda en uppercut y gancho, usando fugaces series de directos y hooks y aprovechando cualquier hueco defensivo para enlazar manos, Lomachenko inflamó el ojo izquierdo de Sosa hasta tal punto que tuvo que ser revisado al inicio del quinto round. Éste no renunció a seguir peleando, pero la diferencia entre ambos cada vez era mayor, viéndose obligado el aspirante a retroceder desordenado por potentes izquierdas rectas del zurdo Lomachenko o quedando desbordado por los uppercuts, ganchos y cruzados impactados por el visitante con rapidísimos cambios de la línea de ataque.
Siendo el total dominador de la contienda y apoyado por un numeroso público venido desde Ucrania, Lomachenko empezó a realizar amagos y fanfarronear, gestos que pudieron tener la intención de provocar el fallo de su rival o la de agrandar todavía más la sensación de superioridad, aunque para ello no resultaron necesarios, estando Sosa en el octavo episodio realmente mermado. Se le dio un round más al retador pero, estando el choque tan sumamente decantado, se decidió acertadamente desde su esquina que lo mejor era detener las acciones antes del inicio del décimo episodio.
Como su fenomenal boxeo es el principal impedimento para que pueda lograr encontrar oponentes de nivel que quieran subirse a un ring con él y arriesgarse a ser completamente desdibujados y noqueados, este espléndido triunfo no le pondrá las cosas más fáciles. En cualquier caso, Lomachenko no piensa perder el tiempo cuando se encuentra en plenitud aguardando respuestas positivas, por lo que señaló de nuevo tras el combate, a través de un traductor, que intentará negociar con todos los campeones del peso superpluma y contra Orlando Salido, que le propinó su única derrota como profesional, y si ninguno acepta se encaminará al peso ligero. En esa división tiene un claro objetivo: “Me gustaría realizar la pelea ante Mikey García cuanto antes”. Del mismo modo, un previsor Lomachenko no dudó en afirmar que si los monarcas del peso ligero también le evitan subirá al peso superligero buscando un enfrentamiento ante Terence Crawford.