Los manejadores del boxeo en Arabia Saudí siguen pensando en grande y, guste más o menos, acaparando gran parte de los titulares del mundo del boxeo en las últimas semanas debido a sus ambiciosos planes.

En lo que más nos interesa, el plano deportivo, están trabajando en la unificación absoluta del peso semipesado, una pelea que lleva varios años intentando cerrarse y ni siquiera promotores como Bob Arum (manejando a Artur Beterbiev) o Eddie Hearn (con parte de los derechos de Dmitry Bivol) han estado cerca de lograr.

Parece que el dinero saudita sí que podrá superar todas las dificultades, incluyendo las reticencias del WBC sobre la nacionalidad de Bivol y sus politiqueos ajenos al boxeo, deplorables una vez más. Pero los árabes van más allá en sus elucubraciones y tienen otro plan: el ganador de este hipotético envite entre rusos subiría al peso crucero a desafiar al que para ellos es el mejor de la categoría, el australiano Jai Opetaia.

Es otro aliciente, en forma de legado y de cheque, para quien se imponga en esa bonita batalla de estilos que nos espera (ojalá) a mitad de año, cuando las obligaciones del Ramadán hayan permitido a Beterbiev subirse de nuevo al cuadrilátero.