Carlos Utrilla
@CJBoxing
31 de mayo, Pabellón de la Villa, Teguise, Lanzarote. Título de la Unión Europea del peso supermedio: defensa voluntaria.
Muchos todavía tenemos en la retina (aunque viéramos las imágenes semanas después) la noche del 15 de febrero de este año cuando en París, en el transcurso de una pelea difícil y dura, “El Tiburón” Hilario cazaba a su presa. El púgil español en el octavo round, y tras pasar por apuros en el anterior, lanzaba una derecha curva casi en forma de volado que mandaba a Samy Anouche a la lona. Valiente, el francés se levantaba, pero el árbitro no creyó conveniente que continuara el combate.
El de la Unión Europea (que traía, como “regalo”, el del WBC Mediterráneo) era su segundo título tras el de España, un nuevo escalón hacia cotas mayores. Y mañana Hilario continuará con su ascenso realizando la primera defensa de ese cinturón que, como el combate que le coronó, ha pasado por diferentes vicisitudes.
Pocos días después de vencer en la capital francesa se anunciaba que en un plazo de dos meses, para mediados de marzo, se haría la primera defensa. Sería en Lanzarote, en Teguise, cerca de donde había defendido el título nacional ante Salcines (esta fue en Arrieta). En principio, el rival elegido fue otro español, Blas Miguel Martínez; para ello, se tuvo que solicitar a la EBU luz verde, pues el hombre representado por Kike Soria (y residente en Suiza) no aparecía en listas.
La EBU lo introdujo en marzo y todo parecía marchar sobre ruedas. Sin embargo, la pelea fue objeto de un par de retrasos, quedando fijada a primeros y luego mediados de mayo. Pero tampoco fue la fecha definitiva, pues no se quería que fuera el fin de semana posterior a otra velada en las Islas que reclamaba la atención de buena parte del aficionado al boxeo: la defensa del mismo título de Ferino V en el Gran Canaria Arena. Por ello se hizo un definitivo cambio: el día 31 de mayo.
Pero Blas Martínez no aceptó el mismo, pues parece que le suponía comprometer todas sus vacaciones, por lo que abandonó la pelea. Ricardo Sánchez Atocha (Rimer Box figura como promotor de la velada) se movió rápido y se eligió al italiano Roberto Cocco. Cocco pertenece a la promotora Boxe Loreni y su mánager es Biagio Zurlo, el mismo de Esposito, el rival que en Enero se enfrentó a Rubén Nieto.
El rival italiano
Roberto Cocco es un púgil veterano que no presenta un récord demasiado destacado: 15-10-1 con 5 victorias por KO. Sin embargo, es a partir de 2012 cuando llegan sus mejores resultados, que incluyen la conquista del cinturón nacional (que perdió y logró recuperar) y un par de defensas. Actualmente es el actual campeón italiano de la división supermedio. Hasta ese momento en su historial se acumulaban bastantes derrotas, si bien la mayoría en combates de relevancia; bien en títulos nacionales, bien como rival de prospectos europeos tales como Robert Woge o los fallidos Artur Hein o Dustin Dirks.
El púgil turinés, antes de dedicarse al boxeo, fue un destacado practicante de otros deportes de contacto, como el Kick y el Thai Boxing, disciplinas en las que fue campeón mundial para algún organismo. Tras su paso al pugilismo profesional, a finales de 2006, se ha centrado en este pero ha seguido realizando incursiones en otros deportes: por ejemplo, en enero lo veíamos en K1.
Roberto “The Hammer” Cocco es un púgil que supera por poco los 180 cm de altura y tiene buena envergadura. Diestro, a veces cambia de guardia, aunque su boxeo es algo robótico, muy basado en el juego de jab para preparar una derecha que haga daño. Aunque en algún combate último se le ha visto alguna mejoría, puede también decirse que es algo previsible: uno-dos y abalanzarse sobre el rival (quizá influencia de estilo de alguna otra de las disciplinas mentadas).
En defensa suele emplear una guardia alta, aunque con el cansancio y el transcurrir de los rounds esta se relaja en no pocas ocasiones. Le cuesta, además, dar el paso hacia atrás y tampoco brilla por sus desplazamientos laterales: como bastante frontal, podríamos tildarlo. Eso sí, es un hombre de brega, valiente, al que hay que derrotar pues no da facilidades y se deja la piel sobre el ring. No es un dechado de virtudes técnicas, pero es un hombre rocoso al que ni mucho menos hay que menospreciar.
Valoración del choque
El púgil español tiene más recursos que el transalpino, puede hacer muchas más cosas sobre el ring, su variedad de golpeo es mayor. Esto le tiene que llevar a boxear y evitar caer en la tela de araña de un boxeo tosco que busque implantar su rival. “El Tibu” debe moverse, buscar pelear en diferentes distancias, hacer grande el ring y “morder”, “dar dentelladas”, meter una mano que parece que cada vez le pesa más.
Bien preparado físicamente como en los últimos acontecimientos, debería imponer su mejor técnica ante el correoso aspirante. Imponer su ritmo, su estilo, debe ser la clave para obtener la victoria y dar un paso más hacia el título europeo absoluto. Quizá para ello haya que pasar por realizar una defensa más, la obligatoria, que en principio sería contra otro italiano: el también veterano Cristian Sanavia.
Pero esa es otra historia de la que podremos hablar la semana que viene, cuando Hilario haya pasado esta prueba.