Darío Pérez
@Ringsider2020

En tiempos recientes, se ha fomentado la costumbre por parte de los cuatro organismos del boxeo de que haya campeones mundiales que no se han ganado esa condición sobre el ring.

Por explicarnos, ahora esos estamentos están repartiendo pseudotítulos mundiales a cascoporro: los infames Regular world title de la WBA, los interinos que el WBC despacha, tendencia a la que se han unido WBO e IBF, etc. En ESPABOX siempre hemos considerado, con total rigor y seriedad, que solo puede haber un campeón mundial por categoría y organismo (que ya es mucho), no considerando como tal a los campeones regulares, interinos, Gold, Diamante, etc. Creemos, asimismo, que si se despoja a alguien de su título mundial, dos contendientes deberían ganarse ser el nuevo poseedor del cinturón midiéndose sobre el cuadrilátero, no mediante un ascenso en los despachos.

Sin embargo, para los cuatro organismos resulta muy positivo entregar fajas por doquier, cobrando cánones en cada uno de esos duelos. Para los promotores, anunciar una velada con «título mundial», aunque realmente haya otro campeón por encima, ayuda a vender entradas y promocionar la función. Como siempre, el gran perjudicado es siempre el aficionado, que no consigue en muchos casos saber si un púgil es campeón real o no.

Los propios boxeadores han acuñado y aceptado el término «campeón por e-mail» de manera peyorativa para referirse a los rivales que se convierten en poseedores del título mundial heredándolo de alguien que sube de peso, está largamente inactivo o cualquier otra circunstancia. Lamentablemente, es algo tan común que pronto incluso podría acontecer una unificación de esta índole.

Uno de los protagonistas de este fin de semana ha sido Terence Crawford, que fue efímeramente campeón total del peso wélter al vencer a Errol Spence Jr. La brevedad fue debido a que la IBF le destronó a las pocas semanas, en otra decisión caprichosa de un organismo que ha tenido, por ejemplo, a Bakhram Murtazaliev cuatro años como retador oficial superwélter; las prisas son cuando conviene, parece ser. Crawford sigue siendo campeón mundial wélter WBA y WBO, algo que suponemos con pronta caducidad, al subir al peso superior.

Tanto la WBC con Mario Barrios como la IBF a Jaron Ennis han entregado el cinturón mundial para suceder a Crawford sin pelear por él en dentro de las dieciséis cuerdas. Eran campeones interinos, por la política que comentábamos antes. Y todo pinta a que la WBA hará lo propio con quien ostenta su título regular, Eimantas Stanionis. El colmo será que Barrios, una vez descartada prácticamente la opción de Manny Pacquiao por la mala imagen del filipino hace unos días, podría medirse a Stanionis y unificar los mundiales WBC-WBA. Dos títulos, como hemos señalado, que nadie obtuvo como tales en la tarima pugilística.