Daniel Pi
@BastionBoxeo

En la Guía Espabox de 2019 se integró una lista de la mano de Julio González en la que se enmarcaba a los 25 mejores boxeadores españoles de todos los tiempos. Entre los casi 100 años desde Antonio Ruiz, que debutó en 1922, y nuestro tiempo, y entre nombres como los de Uzcudun, Legrá, Carrasco, Durán, Urtain o Castillejo, grupo selecto de entre los más de 4.000 boxeadores profesionales españoles que han habido, se encontraba el de un púgil todavía en activo: “La Sensación”, el alicantino Kiko Martínez.

Decidir qué puesto ocupa en un ranking entre los 25 mejores sería una tarea muy ardua, para la que habría que esperar a su retiro definitivo, pero por el momento lo importante es centrarse en que sus logros, que hablan por sí solos, le convierten en una leyenda viva de nuestro boxeo. Y es que Kiko cuenta con un récord en dos divisiones realmente increíble por sus éxitos y por los nombres que se han cruzado en su camino o, mejor dicho, teniendo en cuenta lo aguerrido que siempre se muestra, los nombres que han visto a Kiko cruzarse en su camino.

Cuarenta y nueve combates profesionales, cinco títulos de campeón de Europa en dos divisiones (supergallo y pluma) y nueve campeonatos continentales absolutos disputados, habiendo logrado en pugna en torno a ese cinto victorias como la cosechada en Irlanda ante el invicto Bernard Dunne en un round, la obtenida en La Cubierta de Leganés en una vibrante noche ante Jason Booth o la lograda en la siempre difícil Francia ante Arsen Martirosyan. Asimismo, aunque no terminó en victoria, resultó verdaderamente trepidante, entre otras, su primera pelea contra el temible Frampton, considerado uno de los 10 mejores boxeadores que han salido de la Isla de Irlanda en su historia y que destaca ese duelo entre ambos como uno de los más duros de su trayectoria y a Martínez como uno de los mayores pegadores que se ha encontrado.

Si sólo tuviese de su lado logros continentales, Kiko ya habría desarrollado una carrera excepcional, pero si a ello le sumamos su éxito en el ámbito mundialista, su trayectoria adopta una dimensión fuera de lo común: tres veces campeón mundial IBF del peso supergallo y cinco campeonatos mundiales disputados (ante Quigg fue por el título regular WBA) entre la citada categoría y el peso pluma, siendo sus éxitos más importantes su proclamación como monarca en EE.UU ante Jhonathan Romero y su extraordinario triunfo por KOT en Japón ante el titular en tres divisiones Hozumi Hasegawa, quien puede hacerse un hueco en el Salón de la Fama con sus trece coronas mundiales.

Por otro lado, aunque después de este triunfo no llegó para Martínez otra victoria del máximo relieve exceptuando su coronación como campeón de Europa del peso pluma ante Marc Vidal, no se debe ser resultadista al sopesar un recorrido, ya que, sin lograr salir con el brazo en alto, posee el mérito de haberse enfrentado a la élite casi completa de una sensacional generación del peso pluma. Con su duelo del sábado se habrá medido ya a cuatro de los cinco mejores púgiles actuales de la división según las listas Transnacional, de The Ring, de ESPN y de BoxRec, sumándose a Russell, Santa Cruz, Frampton y Warrington, contra el que sólo cayó por una ajustadísima y controvertida decisión mayoritaria como visitante justo antes de que éste surgiese como la mayor amenaza para la hegemonía de la categoría.

Así, sin poder olvidar rivales excelentes como Ndlovu o Quigg, aunque muchos otros encuentran impedimentos para afrontar duelos más sencillos y la élite del peso pluma ha tenido y tiene todavía muchos problemas para negociar cruces entre sus miembros, habiéndose truncado varios en los despachos una y otra vez, Kiko Martínez se ha medido a cualquiera sin parpadear y como visitante, a pesar de que a veces tenía las apuestas totalmente en contra y de que no recibió bolsas ni siquiera próximas a las que les proponían a los púgiles de la cúspide para unificar.

Con este sucinto repaso lo que se quiere mostrar es que, aunque sea cierto que su mejor momento ha pasado ya y pueda estar en el “tiempo de descuento” de su carrera, Kiko Martínez es una fantástica figura de nuestro boxeo de la cual hemos podido disfrutar y todavía disfrutamos. Por ello, del mismo modo que las generaciones anteriores nos han transmitido la valía de unos púgiles que a nosotros nos quedaban atrás o muy atrás temporalmente hablando, nosotros podremos hablarles a las generaciones futuras de que pudimos presenciar la trayectoria de uno de los 25 mejores boxeadores de todos los tiempos de nuestro país y comentar con nostalgia sus virtudes.

Así, quizás haya que ir más allá de las lecturas pesimistas que a primera vista saltan al evaluar un cruce a estas alturas ante un púgil rápido como un rayo como Gary Russell Jr. o de las previsiones inocentemente optimistas. Simplemente, quizás el sábado tengamos que limitarnos a presenciar, conscientes de lo que supone, cómo se escribe en la historia del noble arte de España un capítulo más de la carrera de un boxeador del que siempre se hablará.