Darío Pérez
@Ringsider2020

El Manchester Arena en Reino Unido acogió una velada organizada por Matchroom Boxing en la que se vieron tres europeos, además de buenos combates preliminares.

En el primero de estos títulos de Europa, el irlandés de origen londinense Tommy McCarthy (18-2, 9 KO) arriesgó su cinturón frente al rumano Alexandru Jur (19-5, 7 KO). El irlandés empezó los primeros asaltos sin arriesgar demasiado, pero eso le valía para imponerse ante un rumano que no ofrecía apenas argumentos ofensivos. En el cuarto asalto, y tras parecer que la pugna iba a tornar en siesta por la inacción del rumano y la actitud de un McCarthy que veía que no necesitaba arriesgar en absoluto para ganar con solvencia, McCarthy derribó al rumano con un golpe a la zona abdominal, levantándose Jur relativamente recuperado.

Cuando el somnífero en forma de pelea estaba entrando en su fase más anodina, una nueva mano curva (de refilón) a las zonas blandas del rumano en el sexto asalto dio con este en el suelo, y no se levantó a la cuenta de diez. Según ha anunciado Eddie Hearn, McCarthy se enfrentará a Chris Billam-Smith por este mismo cinturón, aparte del Commonwealth.

En los duelos previos, debutó el peso pesado Solomon Dacres (1-0, 0 KO) venciendo al búlgaro Mladen Manev (3-9, 2 KO). Dacres, antiguo practicante de rugby y miembro del equipo amateur británico, mostró buenas maneras. Manev, por otro lado y como anécdota, boxeó hace diez años contra Callum Smith en el preolímpico para Londres 2012. El espigado Dacres, con una morfología similar a Anthony Joshua, controló las acciones con el jab y esporádicas combinaciones poco contestadas por el achaparrado púgil residente en Sofía. Aguantó Manev los seis asaltos siendo golpeado con enorme honradez deportiva, y el árbitro ofreció una lógica puntuación de 60-54.

A continuación, el título inglés superligero vacante enfrentó a Dalton Smith (8-0, 7 KO) y Lee Appleyard (16-6-1, 5 KO). Smith, joven promesa (ya realidad), se impuso a Appleyard desde los primeros inicios de la pelea, controlando el centro del ring a placer y trabajando sobre la anatomía del veterano coaspirante. El tercer asalto vio cómo subía la frecuencia de golpeo, mostrándose Smith solvente y preciso en las combinaciones arriba y abajo. Ante la desigualdad reinante, el árbitro paró las hostilidades en el sexto asalto para alivio de un decepcionante Appleyard.