Daniel Pi
@BastionBoxeo

En un duro enfrentamiento en el que el aspirante cumplió con las expectativas y el campeón, a pesar de la solidez mostrada, terminó bastante desgastado, el tailandés Chayaphon Moonsri (49-0, 17 KO), anteriormente conocido como Wanheng Menayothin por motivos comerciales, retuvo por octava vez su cetro WBC del peso mínimo al imponerse por decisión unánime de los jueces al japonés Tatsuya Fukuhara (19-6-6, 7 KO) en la ciudad de Nakhon Ratchasima (Tailandia), situándose con ello a una sola victoria del récord de imbatibilidad de Floyd Mayweather Jr.

El visitante salió decidido a dar la sorpresa y a beneficiarse de sus mejores recursos, de modo que lanzó con tremenda insistencia combinaciones de ganchos al torso. De todos modos, como era de esperar, su arrojo ofensivo facilitó que Moonsri encontrase oportunidades para contragolpear con el directo diestro y con el uppercut de derecha enlazado con gancho de mano adelantada, por lo que el campeón no se vio obligado a retroceder en exceso. Y es que, aunque Fukuhara poseía el centro del ring, es más alto y actuó de manera agresiva, la acertada respuesta del local le mantuvo alejado de la distancia corta en el primer tramo.

Por otro lado, el astuto Moonsri sabía dar un paso atrás o hacia la izquierda para dejar sin efecto los ataques de su zurdo rival y en muchas ocasiones no dudó en usar el clinch para romper el ritmo de Fukuhara. Aun así, no pudo evitar que eventualmente se produjesen intensos intercambios de golpes en los que el retador tiró larguísimas series al cuerpo y el titular replicó con potentísimos curvos al rostro.

Después de que Moonsri tuviese sus mejores instantes, imponiendo el jab y el uno-dos y siendo igual de efectivo en el ataque que en el contragolpe, hacia la mitad del choque el sostenido trabajo al hígado realizado por Fukuhara empezó a manifestar claras repercusiones. Así, el local empezó a moverse menos, a verse conducido hacia las cuerdas y a encontrarse inmerso en intensos cruces de golpes, en los cuales, si bien todavía pudo hacer valer la mayoría de veces su elevadísima precisión y su destreza, Moonsri no siempre se impuso a la cadencia de Fukuhara.

Con oportunos y cortos directos, agarres y ganchos de ambas manos al rostro cuando pareció que empezaba a encontrarse decisivamente mermado, Moonsri evitó perder totalmente el control de la situación en la última parte, dejando todavía por el camino emocionantes momentos en los que ambos boxeadores arrojaron todo lo que les quedaba.

Terminados los doce asaltos, los jueces certificaron el merecido triunfo del tailandés que, midiéndose a un púgil enormemente exigente, de nuevo venció con claridad y, si cabe, se afianzó todavía más como el número 1 de la categoría. Además, como boxea de media cada tres meses, Moonsri debería verse a inicios del 2018 en la pelea que le pueda llevar al 50-0, objetivo que está siendo el hilo conductor de su trayectoria reciente. Las tres cartulinas fueron favorables al tailandés (116-112, 118-110 y 117-113). Quizás, como en Tailandia siempre se da prioridad a mantenerse rodado y activo, el récord podría establecerse ante cualquier púgil, pero habiendo mostrado el promotor del campeón la intención de impresionar, dentro de la medida de lo posible, afrontando retos de nivel, es posible que la pugna decisiva llegue ante el retador oficial Leroy Estrada (16-2, 6 KO), púgil panameño que puede ser considerado el boxeador más complicado de la categoría de entre quienes todavía no han participado en un campeonato.