El dominicano Michel Rivera, que el sábado ganó antes del límite al púgil español Jon Fernández, también sufrió los efectos de una dura pelea y las manos del bilbaíno.
Rivera tuvo que visitar el hospital por alguna secuela de la batalla, y ha reconocido que sintió las manos de Fernández, quien derribó al púgil de PBC en el sexto asalto con una buena mano a la parte inferior del rostro: «Tuve un rival muy fuerte y experimentado que me forzó a cambiar el plan de pelea según iban pasando los rounds. Sabía que tenía que tener cuidado con él, y demostró que tiene unos puños muy fuertes, además de que era más alto que yo. Menos mal que fui más rápido y habilidoso en términos generales.»
El caribeño nunca había visitado la lona en su carrera profesional.