Dentro de unos días, Mike Tyson volverá a ceñirse los guantes para boxear profesionalmente. Lo hará frente a la estrella de redes sociales Jake Paul, compatriota suyo, el próximo día 15 de este mes. Les acompañarán otros envites, como la segunda parte del Katie Taylor-Amanda Serrano, que tan igualado fue en su día, o el mundial WBC wélter entre Mario Barrios y Abel Ramos.
Pese al disgusto de la mayoría de aficionados que creció embelesados por los golpes del excampeón, parece inevitable volver a verle subir al ring. Aun con las especiales características del duelo (por ejemplo, la menor duración de los rounds o las onzas de los guantes), una leyenda con casi 60 años y tras un lógico y largo retiro no debería volver a subirse al cuadrilátero. Aparte de todo ello, el cuerpo de Tyson mandó un aviso en forma de problema de salud, que provocó el aplazamiento en la primera fecha prevista, dentro del pasado verano.
Asumiendo el guion previsto y su combate frente al célebre Paul, Tyson ha realizado unas declaraciones donde promete rescatar al gran noqueador que fue, al hombre de hierro conocido como Iron Mike, al también denominado como el más malo del planeta: “Cuando sale esa parte de mí, estoy como esposado, poseído, tengo que andar con cuidado. Ese Mike me persigue y no siempre puedo frenarlo, porque quiere volver a aflorar en cada instante de mi vida. Por eso, traerlo de vuelta será sencillo. Solo tengo que pensar que soy un poco más joven y tengo a la gente molestándome”.