La velada que acogerá el T-Mobile Arena de Las Vegas (Estados Unidos) este domingo 4 de mayo, encabezada por el combate entre el campeón total del peso supergallo, propietario de los cuatro cinturones, el temible nipón imbatido Naoya Inoue (29-0, 26 KO) y el estadounidense Ramón Cárdenas (26-1, 14 KO), está generando un quebradero de cabeza algo inesperado a los promotores: un bajo ritmo de venta de entradas. A pesar de que Inoue está considerado como uno de los mejores boxeadores de todos los pesos, la promoción de Top Rank sorprendentemente no consigue suscitar un gran interés.

Según la prensa estadounidense, el lleno de los 20 000 asientos del T-Mobile Arena queda lejano, salvo que se regalen invitaciones. Los precios van desde los 139 euros hasta los más de 7 500 euros para los asientos premium. La recaudación por el momento es inferior a dos millones de euros, una cifra alarmante para una velada encabezada por una leyenda en activo del boxeo. El equipo de Naoya Inoue esperaba que el regreso del japonés a los cuadriláteros de Estados Unidos suscitase mayor atención y además hay también que tener en cuenta que otro campeonato mundial acompañará a la pelea de Inoue y Cárdenas, el mexicano Rafael Espinoza defiende su título mundial WBO del peso pluma ante el local Edward Vázquez, y también pelea la promesa Emiliano Vargas, hijo del gran Fernando Vargas, ante un español, el madrileño Juan León «JJ Álvarez».

En Japón, Naoya Inoue es una de las grandes estrellas deportivas del país. La celebración de otros eventos deportivos y pugilísticos principalmente el mismo fin de semana también están lastrando el espacio dedicado en los medios deportivos a Naoya Inoue. Mientras tanto, el japonés se mantiene centrado en sus objetivos, donde buscará una nueva victoria para continuar con sus ambiciosos planes. El «Monstruo del Sol Naciente» es un espectáculo dentro del ring que calará en EE. UU. como ha calado en todo el mundo.