Julio González
Pedro Jiménez Menchón, «Nino” Jiménez, ha sido uno de los boxeadores más queridos en la década de los años setenta en Madrid, concretamente en el barrio de Cuatro Caminos. Ayer, precisamente, cumplía 68 años. Rápido, combativo y bravo a la hora de guerrear, levantaba a los aficionados que le seguían en casi todos sus combates, lo que se llama un boxeador taquillero, pero sin dejar la técnica y la inteligencia dentro del ring. Convirtiéndose en el sustituto de Young Martín, ídolo en la década de los cincuenta en el famoso barrio madrileño.
Nació en Membrilla (Ciudad Real) el 29 de mayo de 1953, su padre peón caminero tenía dos hijos: María y José; poco después vendría al mundo Pedro, el protagonista de esta historia. Siendo muy joven con solo siete años tuvo que dejar la escuela y ponerse a trabajar en las labores del campo. Primero pastoreó ganado y como el campo no daba para mucho, la familia decide trasladarse a Madrid, concretamente al barrio del Pilar, cuando nuestro futuro campeón contaba con trece años.
Eran los principios de 1966 y unos años después, concretamente en 1968, se puso a trabajar en una cafetería de Madrid llamada “El Porrón” donde ejercía de camarero. Un día un cliente llamado Mariano “El Pasteles”, exboxeador amateur, le animó a que
practicara boxeo y le llevó al gimnasio de la Ferroviaria donde entrenaba como preparador Alfonso del Río.
Nino era un peso mosca debilitado y hasta que Alfonso del Río no le vio capacitado para afrontar un combate no le dejó debutar. Esto sucedió en julio de 1970, debutó como amateur en La Kermesse de Tetuán, después vinieron casi veinte combates más ya como peso gallo, y seguidamente dejó el boxeo.
Adquiere el bar “La Pradera” donde permanece unas temporadas al frente del local, pero el trabajo es mucho y muy esclavo; entonces lo deja y ejerce varios oficios y vuelve al boxeo. El presidente de la Federación Centro Jesús Moreno coincide con él en un combate de Nino y le dice a Alfonso Del Rio que será un gran boxeador para representar a la Federación en los próximos Campeonatos de España que se debían celebrar en Tenerife en 1973; pero la intención del equipo de Nino y del propio boxeador era pasar al campo profesional.
Como aficionado había disputado 40 combates con 33 victorias, 5 derrotas y 2 nulos.
El apodo de “Nino” se lo pusieron en el popular Salón Guethary del barrio de Cuatro Caminos, Madrid, en referencia al gran campeón italiano “Nino” Benvenuti, que por esa época estaba de moda. También fue conocido como el “Ídolo de Cuatro Caminos”.
Debuta como profesional el 6 de enero de 1973, con 19 años, en la famosa Sala Quethary de Cuatro Caminos, derrotando por KOT en cinco asaltos a Francisco Santaengracia. Esa noche no cabía un alma en la Sala, donde organizaba el empresario José Luis Herrero.
Solo en el primer año como profesional disputó diecisiete peleas, sufriendo una derrota antes del límite ante Francisco Larxe: “Larxe me atizó una bolea en el oído y me fui al suelo, aturdido, sordo y con la vista nublada. Fue un golpe ilegal con la mano abierta”, comentó el madrileño.
Las victorias se suceden y los mejores boxeadores nacionales sucumbieron ante sus puños, siendo nombrado aspirante oficial al título nacional. El 20 se septiembre de 1974 disputa el título al campeón canario García Marichal. El combate fue dominado por Nino que llevó la iniciativa desde el principio; incluso había derribado al campeón, le había fracturado varias costillas, pero el árbitro de forma injusta, faltando once segundos descalificó al madrileño.
Un año después volvería a tener una nueva oportunidad de disputar el título nacional, esta vez se traslada a Almería para enfrentarse a José Bisbal (padre del cantante David Bisbal). El combate se celebra en la Plaza de Toros de Almería y Nino de forma brillante derrota a Bisbal por KOT en ocho asaltos.
Ya es campeón y como campeón cumple el servicio militar; entre servicio y servicio vence a Isidoro Cabeza, un rival complicado y revalida el título nacional ante Faustino Blanco. Seguidamente le concede la revancha a Cabeza, le vuelve a derrotar, después es el brasileño Ferreira, el francés Cotín y el panameño Adolfo Osses los que conocen la fortaleza de nuestro campeón y, por fin es nombrado aspirante al título que posee el italiano Elio Cotena.
El 3 de diciembre de 1976 en el Palacio de los Deportes de Madrid Nino Jiménez, se coronó campeón de Europa peso pluma al derrotar por KOT en doce asaltos en el Palacio de los Deportes de Madrid al italiano Elio Cotena.
Elio Cotena superó a Nino en técnica y en velocidad; hasta llegado el décimo asalto Cotena tenía ganada la pelea a los puntos con holgura, pero en el décimo una derecha de Nino cazó a Cotena que salvó el asalto como pudo. En el siguiente Cotena salió sin estar recuperado y Nino aprovechó el asalto para golpearlo y provocar el abandono del italiano.
Seguidamente en mayo retuvo el título europeo al vencer por puntos en un difícil combate al francés Michele Siracusa.
En un combate feo y embarullado Nino Jiménez retuvo el título ante Siracusa que dio más problemas de lo esperado. El francés tomando el centro del ring se adjudicó la primera parte de la pelea; solo al final Nino reaccionó y los jueces le concedieron la victoria que fue demasiado apretada, pero justa.
Este fue el primer aviso del camino que tomaba su carrera, la defensa le costó más trabajo de lo esperado y algunas voces le acusaron de no tomarse en serio el entrenamiento y salir demasiado de fiesta.
La segunda defensa del título sería contra otro español, Manuel Massó, un buen boxeador que se encontraba imbatido en su carrera y que presentaba un récord con grandes victorias. El título europeo era una sucesión de boxeadores españoles: Manolo Calvo, José Legrá, Gitano Jiménez y Nino Jiménez se habían repartido el título sucesivamente.
Y la nueva pelea por el título se disputaba en el Palacio de los Deportes de Barcelona el 16 de septiembre de 1977 organizada por el promotor Tejada. La pelea fue dramática, llevada a un tren de locura. Intentando terminar pronto con intercambios feroces de golpes por parte de cada boxeador. Massó buscaba llevar el combate a la corta distancia y Nino en la larga donde le era más cómoda. Los asaltos se iban sucediendo y los púgiles no bajaban el ritmo y el combate continuaba igualado.
Fue a partir del quinto asalto cuando Massó empezó a sacar partido de sus golpes, pero el ímpetu de Massó provocó descuidar la guardia y Nino abrió una herida en el pómulo del residente en Barcelona, que, a pesar de todo, no bajó el ritmo de su combate.
En el séptimo asalto Massó intensificó sus ataques y Nino cayó arrodillado tras ser golpeado en el estómago, aunque el árbitro suizo señor Leschot no consideró caída y no le contó. En los siguientes dos asaltos Nino volvió a caer y esta vez sí le contó el árbitro. Llegado el décimo, a pesar de la cara de Massó, esté llevaba la iniciativa y al principio del asalto con la entrada en tromba conectó una mano poderosa que abrió la ceja de Nino; entonces el árbitro viendo la profundidad de la herida paró el combate dando vencedor a Massó, con lo que se coronaba campeón europeo.
Adiós al título, los problemas de peso y una deficiente preparación hicieron que se planteara su carrera y decidió subir al superpluma. Su preparador Alfonso del Río criticó la actuación de Nino en la pelea por el título contra Massó: “No estuvo a la altura porque no llevaba una conducta muy deportiva y eso se notó en el ring”.
Luego como peso superpluma se enfrentó a Carrizo, Osses, Rodolfo Sánchez y una pelea importante en el Teatro Aristón de San Remo (Italia) contra el británico Cornelius Boza-Edwards, que más tarde será campeón mundial y en la que Nino perdería por puntos. Pero en el cuarto asalto tiraría al británico dejando un buen sabor de boca.
En junio de 1979 haría combate nulo contra el campeón nacional Isidoro Cabeza en Palma de Mallorca, con el título en juego, y no pudo coronarse campeón porque el peso volvió a ser su grave problema.
Y de nuevo a comenzar, pero en esta ocasión en el peso ligero. Pronto se le presenta la oportunidad y disputa el título nacional del ligero, en poder del malagueño José Luis Heredia; es derrotado por puntos y se plantea dejar el boxeo, pero todavía está muy lejos de abandonar.
En 1981 endereza su carrera, no conoce la derrota en ocho combates. Vence a García del Moral en dos ocasiones, a Martín Garzón, a Modesto Gómez, a El Kadoume y hace combate nulo contra Hugo Carrizo, Rodolfo Sánchez y García del Moral. Al año siguiente derrota al balear Isidoro Cabeza, que le había impedido ser campeón superpluma y a García del Moral, y es nombrado aspirante al título nacional del peso ligero que posee Hugo Carrizo.
El 4 de diciembre de 1982 pierde por puntos en un combate muy igualado, pero la victoria es justa para Carrizo y a la postre sería el último combate como boxeador profesional para Nino Jiménez, que anunciaba la retirada del mundo profesional poniendo fin a varios años de carrera.
Como profesional disputó 75 combates, con 58 victorias (28 por KO), 9 derrotas (2 por KO) y 7 combates nulos.
Una vez retirado se saca el título de preparador, aunque nunca ejerció como tal, y se metió en el mundo de los negocios, monta una cafetería en el Barrio del Pilar, que llevaba su nombre “Nino”.
Y poseía un camión de reparto de mercancías, dedicándolo a llevar pedidos de colchones en una tienda del barrio del Pilar. En la actualidad esta retirado y vive felizmente en el barrio del Pilar en Madrid.
Nino es un hombre simpático, alegre y un buen amigo, en la actualidad en las reuniones que mantiene con viejos boxeadores y amigos de esa época, siempre se arranca y canturrea el arte del flamenco, algo que hace con verdadera maestría y que le apasiona.