José Manuel Moreno
Gennady Golovkin retuvo su corona del peso medio de la WBA al vencer al estadounidense Curtis Stevens por abandono de este al acabar el octavo round. Fue una nueva exhibición de poderío del kazajo, que se entretuvo en lanzar casi ¡800 golpes! en el transcurso de los ocho asaltos que duró la pelea. Cuando terminó el quinto, ya había lanzado 500. Apabullante. ¿Qué peso medio actual aguanta este ritmo tan infernal? La respuesta se verá en los próximos años, pero de momento no se otea ninguno en el horizonte, por mucho que gusten peleadores como «Maravilla» Martínez o Peter Quillin.
Ya tuvo mérito por parte de Stevens aguantar la embestida del kazajo en el segundo asalto, cuando besó la lona y solo pudo seguir por la inminencia de la salvadora campana. Stevens ganó crédito por seguir y Golovkin pudo así lucir de forma más prolongada su excepcional capacidad física, su insoportable ritmó de lanzar un golpe casi por segundo. Golpea con todo y de todas las formas. No pierde la ortodoxia, no pelea a lo loco, en lo técnico es un boxeador estimable. Cada asalto era una cuenta atrás para el fin de la desigual pelea. Al finalizar el octavo round, en el que apenas si soltó golpes el estadounidense, bastó una simple mirada del árbitro Harvey Dock a la esquina de Stevens para certificar el abandono de este.
Golovkin añadió una nueva muesca al revólver de su palmarés, absolutamente impoluto, y demoledor como su boxeo: no vence por puntos desde junio de 2008, lo que supone quince victorias antes del límite consecutivas, del total de las 25 (en 28 peleas) de su récord. Amenaza con volver el 1 de febrero. ¿Quién deseará tenerle enfrente? Seguiremos informado…