Daniel Pi
@BastionBoxeo
Con cartulinas de 120-109 y doble 120-108, el ruso Alexander Povetkin (32-1, 23 KO) se impuso ayer por decisión unánime en el Estadio Luzhniki de Moscú (Rusia) al ucraniano Andriy Rudenko (31-3, 19 KO), que se esforzó mucho más en tratar de aguantar en pie los doce asaltos que en hacerse con la victoria.
En el primer asalto la pelea pareció encaminarse a su detención, ya que Rudenko permaneció varios minutos siendo atendido por el médico y hablando con su esquina y con el árbitro a la vez que se recuperaba de un golpe en la parte trasera de la cabeza. Ciertamente, pese a las protestas, el puño antirreglamentario no pareció revestir tanta gravedad, por lo que el público silbó lo que consideraba una treta del visitante. Con todo, cuando se llegó a temer la detención, el combate se reanudó, aunque Rudenko una y otra vez hasta la conclusión del encuentro indicó sentir un dolor en el cuello.
Fuese esto una justificación para su actuación o no, la pelea fue dominada claramente por el exretador mundial Povetkin, que con arremetidas con su gancho zurdo, sus habituales combinaciones de hook de izquierda al cuerpo y cruzado diestro y uppercuts de derecha desde la distancia corta, se anotó asalto tras asalto. Ante esto, Rudenko conectó algunos buenos contragolpes en cruzado de mano adelantada y trató de caminar el ring para disminuir la presión, pero fundamentalmente se centró en minimizar daños entrando en clinch cada vez que tuvo ocasión.
Como la táctica de corte defensivo de su adversario no le permitió conseguir romper el combate a base de agresividad, Povetkin terminó por decantarse por un planteamiento bastante paciente en los rounds en torno a la mitad, aunque cometió el error de no trabajar al cuerpo de Rudenko para disminuir su desplazamiento. De todos modos, el ucraniano mostró cada vez mayores signos de desgaste, llegando a ser sacudido por alguna derecha descendente y por los potentísimos y recurrentes ganchos de mano adelantada de su contrincante. Aun así, en cuanto Povetkin se descuidó ligeramente al volcarse al ataque y bajó su mano zurda, Rudenko anotó fuertes cruzados diestros al contragolpe que le mantuvieron en la pelea junto a su buen encaje y su frecuente uso de los agarres en todo tipo de situaciones.
Finalmente, en el duodécimo episodio, un Rudenko bastante tocado pasó por considerables apuros tras ser estremecido por nuevos derechazos de Povetkin, si bien igualmente consiguió, como ante Lucas Browne y Hughie Fury, escuchar el veredicto de los jueces.
Con la victoria, además del anunciado título WBO Internacional, Povetkin se hizo también con otro cinto menor pero de la WBA, el Continental, por lo que en adelante el ruso, con la suspensión por dopaje enteramente olvidada por estos organismos, quedará muy bien posicionado en dos listas y podrá planear un importante cierre de año para situarse rozando el mundial.