Daniel Pi
@BastionBoxeo

A diferencia de lo que suele ser habitual en el top 15 de la complicada división del peso wélter, donde la mayoría de los clasificados permanecen expectantes fuera de los rings hasta que les llega una pelea crucial, limitando mucho de esa manera su rodaje y sus peleas por temporada, el campeón de Europa, 6º IBF y 7º WBC, Kerman Lejarraga (25-0, 20 KO) sube a un cuadrilátero este sábado por segunda vez en 2018, algo más de tres meses después de aplastar a Bradley Skeete, y como antesala de una decisiva defensa obligatoria en noviembre ante Frankie Gavin.

El hecho de no querer dejar que se malogre su sensacional estado de forma esperando al choque ante el oro mundial amateur (el primero de la historia de Inglaterra) ya es una gran iniciativa, pero lo es también pelear en agosto en un lugar como el Palacio de Congresos de Marbella, ciudad repleta de veraneantes españoles y extranjeros y en cuyos alrededores viven miles de británicos, que por su gran afición al pugilismo podrían estar interesados en ver una velada y, más aún, al próximo rival de su compatriota Gavin.

Además, Lejarraga no combatirá contra un boxeador vulnerable hasta el extremo que busque una oportunidad para no alzarse de la lona sino que lo hará ante un púgil durísimo como el mexicano Johnny Navarrete (31-13-2, 13 KO), cuyo récord reciente no debe llevar a equívocos, puesto que es un peleador sumamente competente. Hay que recordar que en un principio el contrincante iba a ser el italiano Michele Di Rocco, pero éste, a cuatro días del choque, informó de que no podía combatir, supuestamente, por unos problemas gastrointestinales, que no resultan difíciles de cuestionar.

Sean ciertos o no dichos inconvenientes, es posible que en una primera lectura sobre el papel el cambio de oponente pueda parecer un grave deterioro para el evento, pero realmente por el bien del espectáculo para el público y la adquisición de experiencia por parte de Lejarraga la modificación del adversario puede llegar a ser muy positiva.

Ciertamente el palmarés de Di Rocco no lo posee Navarrete, y una victoria sobre el italiano hubiese dado brillo al récord de Lejarraga con limitado riesgo. Con todo, Di Rocco iba a entrar al ring con un año y un mes de inactividad, siendo su última pelea su derrota por KO en el cuarto asalto ante Troyanovsky, que lo lanzó cuatro veces a la lona en la pugna a base de derechazos. Asimismo, Di Rocco se mostró lento y falto de reflejos, pareciendo que su fallo en la báscula (pesó 2,4 kg más que “Troya”, superando el peso wélter en una pelea pactada por encima del superligero) evidenció una falta de preparación. Por estos malos precedentes, justificadamente uno se podría preguntar cuántos minutos iba a poder aguantar Di Rocco los fortísimos golpes de poder del “Revólver de Morga”.

En contraste con ello, Navarrete presenta por su increíble resistencia y encaje, su buen rodaje actual y su enorme bagaje, una piedra de toque sensacional, ya que está perfectamente capacitado para llegar a las cartulinas ante cualquier rival y plantar batalla. Del mismo modo, sus combates ante boxeadores como el ahora campeón mundial del peso superwélter Jaime Munguía (la primera vez que se midió a él ofreció una muy meritoria actuación), el olímpico Custio Clayton (muchos piensan que asaltará un mundial del peso wélter a medio-largo plazo) o el extop 3 IBF Ghislain Maduma le permitirán al equipo de Lejarraga comparar su nivel actual al de excelentes púgiles.

Por otra parte, en cuanto a su desempeño sobre el cuadrilátero, Navarrete es un boxeador que no sólo cumple a la perfección con el arquetipo del púgil mexicano valiente, incansable y que avanzará dispuesto a cruzar golpes, sino que a base de sus 46 combates y 283 rounds (más que los de Di Rocco) ante adversarios internacionales y del temible circuito de su país ha desarrollado una notable pericia a pesar de no ser un boxeador de corte técnico.

Y es que “El Vaquero” sabe perfectamente cómo retroceder para dejar fuera de alcance a los rivales, rodar los golpes con sencillez, bloquearlos hasta que ve la ocasión de lanzar una tenaz contraofensiva, dar un paso adelante en la distancia media-corta para reducir el recorrido y la potencia de los puños recibidos o aprovechar un fallo para girar a su contrincante y descargar una andanada.

Por otra parte, ofensivamente hablando, sus trayectorias de golpeo muy heterodoxas, con puños en ángulos inesperadamente abiertos y otros excesivamente cerrados, y desde posiciones poco convencionales le hacen peligroso, habiendo mostrado que es capaz de explotar las brechas de quienes padecen dudas en su trayectoria con una victoria ante “Maromerito” Páez y un controvertido empate ante “Inocente” Álvarez (hermano de Canelo). Por ello, Navarrete es quizás el mejor rival de sustitución posible que se podría encontrar en tan poco tiempo hasta el encuentro.

En cualquier caso, Lejarraga pasa por un momento absolutamente formidable y está acercándose al rendimiento cumbre de su carrera, por lo que, habiendo asombrado a Europa con su vapuleo de un Skeete que apuntaba al mundial (en el que muchos lo veían con buenas opciones), no se debe subestimar ya ni un ápice el potencial del bilbaíno, pareciendo que por su enorme superioridad en fortaleza física y contundencia debería decantar esta pelea sin título en juego, más todavía habiendo mostrado tanta efectividad ofensiva, una gran gestión táctica y una variedad de ataques demoledoramente acertados.

Así, aunque Navarrete se esforzará por resistir y obligarle a trabajar, la lentitud del visitante en su desplazamiento debería abrir la puerta a las feroces arremetidas de Lejarraga, que por el calmado despliegue del mexicano seguramente encontrará ocasiones para acortar la distancia y muchos huecos para conectar sus puños por las grandes aperturas en la guardia del rival. No obstante, Navarrete es un púgil con el que siempre se debe andar con mucho ojo, ya que cuenta con tensos jabs disuasorios para castigar las entradas de sus contrincantes e incluso cuando es alcanzado y desequilibrado logra dar la réplica con sus curvos, de modo que, aunque puede resultar preferible neutralizarlo con recurrentes combinaciones, es complicado evitar sus contras.

En definitiva, no estando claro cómo llegará de preparado el “Vaquero”, poseyendo Lejarraga una pegada brutal capaz de decidir encuentros en cualquier instante y siendo Navarrete además de astuto, imprevisible y difícil de descifrar, oscilando enormemente su boxeo en un mismo combate entre orden y desorden y fluctuando su efectividad tanto en corta como en larga de forma sorprendente, la pelea presenta una mayor incógnita en cuanto a su desarrollo táctico respecto a lo que habría ofrecido Di Rocco. Sin embargo, igualmente el campeón de Europa, que será claro favorito, con sus poderosísimas manos debería obligar más tarde o más temprano a su fogueado oponente a tomar una posición de corte defensivo en la que deberá resistir su hostigamiento de la mejor manera posible, dejando seguramente por el camino, eso sí, rounds de apreciable utilidad para el futuro de Lejarraga, que de conseguir volver a superar la expectativas y lograr un nocaut rápido sólo aumentará la presión sobre un Frankie Gavin que muchos británicos creen que padecerá un destino similar al de Bradley Skeete.