
La BBBofC (British Boxing Board of Control) ha tomado la decisión de imponer duras sanciones en los últimos meses con el objetivo de eliminar actitudes poco edificantes del boxeo. En su lucha contra los antideportivos, el organismo británico va a donde más les duele: al bolsillo de los propios boxeadores.
El pasado lunes, Jarrell Miller calentó la rueda de prensa de presentación del combate que le enfrentará a Fabio Wardley el 7 de junio, que dejará al ganador más cerca de disputar la corona mundial WBA del peso pesado.
A Miller se le recuerda por sus problemas con los controles antidopaje, como dejó caer Wardley. El estadounidense montó en cólera y estuvo cerca de llegar a las manos antes de tiempo.
La BBBofC ha mandado un aviso al equipo de Miller, en el cual le advierten de que están monitorizando el comportamiento del boxeador. En el caso de que Miller cometa nuevos actos en la misma línea, podría incluso ser vetado para boxear en el Reino Unido. Sin embargo, esta parece la última opción, dada la influencia de los promotores.
Lo que sí ocurrirá será que Frank Warren tendrá que depositar una parte de la bolsa de Jarrell Miller ante la BBBofC. El estadounidense podrá realizar alegaciones para evitar que esta medida se convierta en una sanción económica, y quede reducida a una mera fianza para asegurar su debido comportamiento.